Hoy quiero analizar no lo que supone este hecho sino lo que podría suponer. Es más, escuchamos demasiado ruido sobre la IA y sobre las amenazas que supone esta tecnología, pero poco sobre que pasaría si, a partir de sus análisis obtenidos de la interacción con miles de votantes, pudiera establecer políticas, iniciativas y procesos decisivos. ¿Estamos hablando de una nueva democracia con una capa tecnológica? ¿Se trata de la puerta más grande jamás abierta para la participación de todos y para la pérdida del monopolio de algunos? ¿O simplemente se trata de algo que no tiene sentido? Creo que independientemente de la oferta de esta opción política, lo que de verdad abre es el debate de quien debe ser el propietario de este tipo de tecnologías. Tengo claro que regularla o incentivar el uso por parte de unos pocos es la respuesta de que no quieren que algo como esto que hoy os cuento pueda ser realidad nunca.

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