Como hijos de Dios se nos enseña que el amor es lo más valioso que existe, es algo que tenemos que tanto cuidar como practicar. Esto especialmente amando a los demás, ya que el amor no se trata sobre uno mismo sino del prójimo. Pero esto no significa que no debamos comenzar por nosotros mismos. Antes de amar a los demás debemos de nutrir ese amor propio dándonos nuestro lugar como valiosos y dignificados hijos de Dios. Debemos de amarnos y cuidar de nosotros mismos en todos los ámbitos tanto físicos, emocionales y espirituales. Una vez que nos amemos a nosotros mismos y nos demos nuestro lugar, tendremos el amor para repartirlo a quien lo necesite.

Las Emociones son algo bastante complejo que en muchas ocasiones nos terminan controlando a nosotros mismos sacando lo peor de nosotros. En este capítulo veremos como es que no existe tal cosa como las emociones "negativas" o "positivas", todas las emociones son necesarias y tienen un propósito, depende de nosotros si estas son "funcionales" o "disfuncionales". Aprenderemos a conocer y manejar nuestras emociones a nuestro favor desarrollando nuestra "Inteligencia Emocional". Hay que tener un buen manejo de nuestras emociones para poder amar de una manera personal; es decir con empatía.

Muchas veces tenemos miedo a mirar dentro de nuestro corazón, nos aterra lo que podamos encontrar ahí. En este capítulo veremos como sanar nuestras heridas de una manera correcta, tanto en un plano emocional, mental y espiritual. Para poder conseguir esa salud emocional y espiritual que tanto anhelamos, es necesario el poder mirar dentro de nosotros para poder cicatrizar correctamente las heridas que podamos encontrar ahí, esto es un proceso doloroso, pero necesario para poder amar de la mejor forma, ya que primero tenemos que sanar las heridas que tenemos dentro de nosotros, para que al amarnos mejor sepamos hacerlo mejor con los demás. 

Articulo que Alexander menciona en el capítulo: https://www.apa.org/topics/covid-19/faith-crisis

Vivimos en un mundo donde la gente vive guardando rencores y aferrándose a los dolores del pasado, es fundamental aprender a perdonar para poder darle un sentido mayor a este perdón. Cuando retenemos rencores, este mismo nos consume y corroe  por dentro, por eso mismo tenemos que aprender que cuando perdonamos nos estamos librando de las ataduras de todo este dolor y sufrimiento que no estamos dejando ir. En este capítulo vas a conocer como es que el perdonar a alguien o inclusive a ti mismo(a) no es cualquier cosa, sino algo fundamental para tu crecimiento personal. Tenemos que aprender a perdonar y aprovechar todos los frutos que se derivan de esto, el más importante de estos siendo el amor que uno necesita al perdonar.

¿Perdonar y olvidar? Un dilema que no a pocos los ha detenido de poder perdonar realmente a los demás, y sin meternos mucho en el tema de si es correcto olvidar las ofensas, si creemos que lo que es necesario es poder sanar. Para ello les traemos este capítulo en el cual iniciaremos este camino de perdón con ustedes buscando sanar esas heridas con las que hemos cargado durante tanto tiempo. Como lo hablamos a lo largo de esta temporada, el darle sentido a nuestras palabras puede cambiar nuestra percepción y actitud a distintas situaciones e incluso mejorar nuestras relaciones, y la suma de esto es poder cambiar nuestra percepción respecto a las heridas emocionales que otras personas han causado en nosotros al darle sentido a estas palabras; "yo te perdono". En la medida en que te dispongas este momento esperamos que pueda ser realmente un sincero y profundo primer paso en este camino de sanar y plenitud, algo que me siga permitiendo ir acompañado en este camino más allá de mí.

En esta ocasión nos acompaña una gran persona, y amiga en realidad, a compartirnos su testimonio sobre cómo en su vida ha enfrentado situaciones verdaderamente fuertes y que por lo mismo han requerido de un gran esfuerzo el poder llegar a perdonar. Lo interesante y también provechoso será escuchar cómo parte de lo que hay que trabajar es el llegar a perdonarnos a nosotros mismos, que puede ser incluso más difícil, y por encima de lo difícil que es encontrar el perdón para nosotros y los demás se encuentra la dificultad de poder decir "gracias" a todo aquello que nos hirió en el pasado y nos hacen ser las personas que somos ahora. Todo esto nos lo platica Erika en este capítulo junto con otros consejos que podemos ir trabajando preparándonos para el cierre de la segunda temporada, donde al igual que Erika buscaremos enfrentarnos a nuestras heridas y buscar sanarlas de la mano de Dios, con quien podre llevar este perdón tan necesario en mi vida más allá de mí.

En el capítulo introducimos junto con un invitado especial, ciertos aspectos tanto psicológicos como espirituales que tanto consciente como inconscientemente pueden estar interfiriéndose entre esa libertad interior que deja el practicar un perdón desde el corazón y a consciencia. Entre estos aspectos nos solemos topar con el orgullo, el miedo a mostrarnos vulnerables, o algún otro aspecto de culpabilidad o protección ante ciertas situaciones.

En este capítulo abordamos algunas de las preguntas e inquietudes que han surgido a lo largo de los capítulos de la segunda temporada, agrupando algunos temas y tratando de ser lo más concretos posible, pero con un mensaje que es importante reiterar: siempre estaremos disponibles y abiertos a dudas y apoyarlos en lo que podamos (recordando que la terapia y la dirección espiritual son las mejores herramientas de acompañamiento) pero las respuestas muy comúnmente se encuentran en los corazones y las mentes de cada uno y es más bien un ejercicio de sinceridad el encontrarlas. Por lo pronto esperamos que hayamos podido resolver algunas generalidades y esperamos que sepan que siempre estamos abiertos a resolver las dudas que podamos y seguir rezando por ustedes, y a seguir acompañándolos en este caminar.

En este capítulo hablaremos de las proyecciones que se pueden dar en nuestras relaciones con los demás, en especial cuando no queremos reconocer algo en nuestro interior, y cómo expresamos y transmitimos estas proyecciones a los demás y por lo tanto la importancia de hacer estos procesos interiores conscientes para que al momento de externarlos no sean de manera inconsciente. El primer paso para ello es reconocer que todos tenemos sesgos y que en muchos de los casos que emitimos un juicio (por muy crítico u objetivo que sea) habrá que entender que tanto estamos apartando la vista de algo dentro de nosotros y estamos decidiendo verlo en los demás, o como diría San Mateo: 3 ¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo puedes decir a tu hermano: «Déjame sacarte la mota del ojo», cuando la viga está en tu ojo? 5 ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano. 

En este capítulo nos acompaña Abraham Casillas, que valientemente nos comparte su testimonio de lo que es vivir con un trastorno depresivo, y como justamente él le fue dando un sentido a la palabra misma "depresión" y todo las demás palabras que comúnmente se asocian a este trastorno. Siguiendo la línea de lo que hemos hablado a lo largo de esta segunda temporada, nos encontramos con como Abraham fue madurando en su entendimiento del trastorno y sobre todo cómo le fue dando sentido y propósito al hablar de él con quién pudiera ayudarlo y como la misma terapia también le fue dando herramientas para salir adelante. Es interesante como su discurso fue cambiando en la medida en que dejo de ser algo que sentía que debía enfrentar por sí solo y como incluso llego a pensar en que no quería ser "una carga" para sus seres queridos, y evolucionó ese discurso a querer activamente hablar del tema reconociendo el cariño que le tiene su familia y muchos amigos y sus ganas de querer ayudar.  Este es otro ejemplo poderoso que tenemos de cómo darle un sentido positivo y propositivo a nuestras palabras y discursos interiores, nos pueden llevar a un cambio positivo en nuestra vida, y en vez de sentir que tengo que enfrentar mis problemas solo entender que la ayuda puede estar más allá de mí.