Hay un sin fin de frases pronunciadas a lo largo de la historia que difícilmente se olvidarán. Tenemos aquella de Martin Luther King "I have a dream", 'yo tengo un sueño', o la más reciente, usada por muchos como un eslogan, "yes, we can", del expresidente de los Estados Unidos Barack Obama. Por otro lado, están los clásicos como "solo sé que nada sé" o "quien nace mortal, camina hacia la muerte" de los filósofos Sócrates y Éfeso respectivamente. Y como estas hay miles, algunas más y otras menos conocidas, de personajes tan dispares entre sí como Mahatma Gandhi, Winston Churchill, Confucio, Newton, Epíteto, Mandela, etc., etc., etc. las cuales nos llevaría horas, y hasta días enteros, citarlas todas.
De Jesús, célebre como nadie, y sin ánimo de exagerar, hay tantas frases que uno pierde la cuenta. No obstante, hay una que, aun no siendo la más repetida, para mí es la que resuena con más fuerza que ninguna; y hoy quisiera evocarla. Fue una de las varias que pronunció cuando estaba en la cruz, sufriendo la muerte de un asesino; algo que no le correspondía. En realidad, más que una frase, fue una exclamación que salió de sus labios; pienso que la más significativa de todas. Justo antes de morir, sacando fuerzas de la debilidad, alzó su voz y dijo: "consumado es"