Miles de aspirantes a actores, directores y guionistas se desviven por un sueño en la ciudad del brillo y la apariencia. La capital mundial del cine, en el noroeste de Los Ángeles, proyecta una imagen de triunfo y sofisticación que poco tiene que ver con la cotidianidad de muchos de sus habitantes. Lo dice el escritor Javier Moro, que trabajó para esa industria durante cinco años y ha rescatado en el libro Mi pecado la historia de otros españoles residentes en los albores del cine sonoro. En nuestro paseo con el autor por lugares como Hollywood Boulevard o Bel Air se entrecruzan ecos biográficos de figuras como Conchita Montenegro, Edgar Neville o Enrique Jardiel Poncela, que probaron ya en los años treinta la cara dulce y amarga de esta meca del celuloide. Completamos la visita con el productor musical Jaimie Martinez en Sunset Strip, vivero de grandes bandas, y con un amplio recorrido por estudios de la mano de Jaime Gaitán, de la empresa Hollywood Tours en Español.