La capital de Austria luce imponente, a la altura de su pasado imperial. El Hofburg, el mastodóntico palacio desde donde los Habsburgo gobernaron a lo largo de los siglos, es hoy el centro de la Viena monumental. Sus otras joyas se descubren muy cerca: la catedral gótica de San Esteban, la ópera, abundantes museos… Todo se distribuye en torno a la Ringstrasse, una elegante avenida circular de varios kilómetros que marca, desde hace un siglo y medio, el pulso de esta ciudad. Aunque cualquier época es buena para rendirse a sus encantos, la Navidad tiene un brillo especial: decenas de mercadillos en las plazas, una cuidada iluminación de fiesta e incontables actividades en las que la música está muy presente.