La capital de Baja Silesia es un descubrimiento en el suroeste de Polonia que hará las delicias del viajero ávido de vistas aéreas y fotos impactantes. Sus altas torres de origen religioso y civil, las decenas de puentes que sobrevuelan los muchos canales del río Óder, las abundantes islas fluviales que éstos conectan y la estilizada arquitectura gótica de su centro histórico son elementos que invitan a buscar la perspectiva perfecta. La capitalidad europea de la cultura –título compartido en 2016 con San Sebastián– es la excusa perfecta para viajar a Wrocław (Breslavia) como lo hizo en su día Pablo Picasso, que dejó su legado en forma de paloma de la paz sobre una pared del Pabellón del Centenario.