La prensa económica de las últimas semanas se ha ocupado extensamente de la insolvencia de Evergrande, el segundo desarrollador inmobiliario de China. Aunque el caso es muy relevante para entender en qué situación se encuentra el mercado de renta fija del gigante asiático, también lo es porque es un reflejo de la necesidad de generar cambios profundos en la economía nacional que deberán ser promovidos por el Presidente Xi JinPing.
La implantación de un modelo de crecimiento basado en un mercado de consumo obliga a: generar actividades que llenen el espacio que hoy en día ocupa sector construcción, que representa el 29 por ciento del PIB chino; desapalancar financieramente la economía sustituyendo deuda contratada con los bancos nacionales (que son propiedad del estado) por acciones; crear un modelo de ingresos para los municipio basado en el cobro de impuestos y no en la venta de terrenos ; implantar un robusto marco regulatorio para los mercados de capitales.
Si los cambios no vienen rápidamente situaciones como las de Evergrande se repetirán frecuentemente.