Integridad y plenitud, integridad y coherencia, integridad y autenticidad, vemos que este término nos evoca dones que hablan de la capacidad del ser humano para desplegar un potencial desde el que desplegar una experiencia de vida abundante, gozosa y libre.
Ser íntegro es fuente de salud mental, física, psíquica y emocional, es poseer el poder de experimentar aquello que rechazamos a través de una maestría que se escapa al paradigma de un mundo de conflicto y polaridad.
Desde la integridad todo es aceptado y bendecido, todo es instrumento para crecer y aprender, todo es una oportunidad de aprendizaje y trascendencia.