Juliana Marins, una brasileña de 26 años, decidió dejar atrás su cómoda y estable vida para cumplir su mayor sueño: viajar sola por el Sudeste Asiático, a su manera. Amante del senderismo, la naturaleza y las experiencias auténticas, Juliana documentó su viaje en Instagram, donde miles de personas siguieron sus pasos a través de playas paradisíacas, montañas desafiantes y comunidades rurales. Su inspirador estilo de vida la llevó a embarcarse en una de las aventuras más difíciles de su vida: escalar el volcán Rinjani en Indonesia.
Sin embargo, lo que prometía ser un nuevo logro se convirtió en una pesadilla. Durante la escalada, Juliana se retrasó del grupo y cayó por un acantilado de más de 600 metros. Herida pero con vida, esperó horas, y luego días, un rescate que nunca llegó a tiempo. Imágenes de dron mostraron a Juliana consciente, pidiendo ayuda, mientras miles de personas en todo el mundo seguían su historia minuto a minuto. La operación de rescate fue lenta, desorganizada y marcada por obstáculos naturales.
Cuatro días después, su cuerpo fue encontrado en una zona de difícil acceso. Su muerte causó un profundo impacto en Brasil y en las redes sociales, donde su comunidad aún lamenta la pérdida. ¿Fue negligencia de los guías? ¿Se podría haber hecho más?