Mientras Moisés estaba con Dios en el monte, el pueblo de Israel comienza a perder la paciencia y se hacen un ídolo, un becerro de oro. ¿Por qué se hicieron un ídolo? Veremos que el problema no es el “ídolo” en sí mismo, sino cuando ese ídolo se convierte en el alimento que te sostiene, cuando pones tus esperanzas en ese ídolo. Los ídolos son esas “seguridades” que nos dan un intento de sentido a nuestras vidas.

Después de cruzar el mar rojo y llegar al monte Sinaí, Dios se revela nuevamente a Moisés para renovar esa alianza de amor. Es a la luz de este deseo de entrar en relación que Dios ofrece los diez mandamientos como signo de su amor. Estamos acostumbrados a llamarlos diez mandamientos, pero en realidad, la palabra hebrea significa más bien “palabras”, en este episodio veremos porqué. 

Dios sacó al pueblo de Egipto, pero el pueblo tendrá que confiar en ese Dios de manera personal, pues ahora tendrán que recorrer un camino largo hacia la tierra prometida. Un camino que pasará por la aridez del desierto, el hambre, la incertidumbre, el miedo y la desconfianza. La liberación es un camino, camino que recorreremos ahora con la historia del cruce del mar rojo y las lecciones que podemos aprender de este evento.

Dios quiere dejar impreso, tanto en la mente de los Egipcios como en los corazones de los Israelitas que Él es el Señor, que con mano potente libera a su pueblo. La libertad requiere memoria, porque solo el que se acuerda de quien lo libera puede vivir plenamente ese don de libertad interior. La pascua será el memorial del pueblo de Israel que les recordará el poder de Dios delante del poder del mundo. 

Dios, siempre fiel a su plan providencial, mete en movimiento su plan providencial para liberar a su pueblo de Egipto. Pero todo eso pasa a través de un hombre intenso e impulsivo: Moises. Con la vocación de Moises, Dios Padre inicia un largo camino para llevar a sus hijos a casa. Con grandes milagros y signos no dejará ninguna duda que Él es el Dios de Israel. Pero ¿Estarán dispuestos a escuchar o la dureza de su corazón hará más largo el camino?

Con la llegada del pueblo de Israel en Egipto comienza un largo periodo de esclavitud y opresión para el pueblo. Pero Dios, que siempre ha apostado por la libertad, hace surgir entre ellos un libertador. Moisés será una figura muy importante para nuestra historia, será un intercesor profundamente incomprendido. Un hombre que, como él mismo dirá: “no sabe hablar en público”. Y sin embargo, nuevamente Dios “escoge a los sencillos para confundir a los sabios” (1 Cor 1, 27). Porque Dios no escoge a los capacitados, sino que capacita a los escogidos.

Dios lleva adelante su plan de salvación por medio de personas débiles, como tú y como yo. Dios es más grande que nuestras limitaciones y tantas veces hace grandes milagros a través de ellas. En este episodio veremos cómo Dios actúa en la vida de José, el hijo más pequeño de Jacob, sirviéndose incluso del pecado de sus hermanos para continuar con su plan de salvación.

En este episodio hablamos de una figura fascinante, Jacob, hijo de Isaac. Una persona sin duda con su personalidad compleja, hasta a veces doble que va buscando su puesto en la familia y dentro de la misma promesa. Intriga y mentira, traición y engaño marcan el camino de madurez de este hijo. En su lucha con Dios, en la oscuridad más profunda de la soledad y de la oración, Jacob se enfrenta con la pregunta más dura, “¿quién eres, Dios?” Dios le cambia la pregunta, “¿quién eres tú Jacob?, y con esta pregunta Dios le va a cambiar su nombre, su misión y su vocación.

Reconocer que Dios es el Señor, implica que las criaturas no son dioses, ni siquiera las más buenas y queridas. Abraham tendrá que dar un paso más en esa relación con su Señor y tendrá que entregarle lo más amado que “tiene”, su hijo.

Abram se encuentra todavía en camino hacia el lugar que Dios le iba a indicar, y seguía descubriendo el cumplimiento de estas grandes promesas. En este episodio, vemos como Dios hace una alianza con Abram, le confía una nueva misión y le da un nuevo nombre. Pero Abram tendrá que recorrer aún un camino largo hacia el altar del sacrificio.