La vida de Jesus es una historia trascendental, concretizada en el amor, en despojos, en humillaciones, persecuciones y falsas argumentaciones. El más grande vino a ser el más pequeño. Sin especulaciones, sin el don de juzgar, no llegó como un tirano, sino como un Salvador. No fue un dictador, es un amigo. No es un jefe, es un hermano.