Y la patraña de esta semana es la que pretende hacernos creer que el agua hidrogenada es algo así como el bálsamo de Fierabrás. Dicha patraña la promueve un señor llamado Xevi Verdaguer, muy conocido (que no reconocido) en Cataluña.
Patrañas aparte, en este nuevo “Vida sana” hemos hablado sobre publicidad alimentaria con famosos, sobre todo porque estos días hemos tenido dos ejemplos de dos cantantes españolas promocionando productos nada saludables: Aitana y Amaia. Así, el pasado 10 de septiembre leíamos el titular “Amaia y sus abuelas protagonizan el nuevo anuncio de Mahou al ritmo de ‘Eso que tú me das’, canción de Pau Donés”.
En cuanto a Aitana, he ampliado en directo lo que detallé en mi texto “¿Por qué me parece tan mal que Aitana anuncie Mcdonald’s?”.
De entre las propuestas que creo necesarias para abordar esta cuestión, he comentado brevemente las siguientes:
Que nuestros gobiernos apliquen políticas públicas que restrinjan el respaldo de famosos (o “influencers”) que promueven productos o hábitos malsanos.
Que no se permita la autorregulación de la publicidad alimentaria. Porque dejar que la industria alimentaria autorregule su publicidad es como dar un rotulador permanente a un niño de 8 meses y creer que no ensuciará.
Que los gobiernos sigan a rajatabla las medidas de control del alcoholismo propuestas por la OMS, como prohibir su publicidad directa, indirecta o encubierta, elevar su precio y disminuir su disponibilidad, además de iniciar campañas de información pública y colocar etiquetas en los envases de las bebidas alcohólicas que adviertan sobre el riesgo de cáncer asociado con el consumo de alcohol (sí, como las que aparecen en las cajetillas de tabaco).
Y que todo lo anterior se haga sin injerencias. Según dijo la doctora Margaret Chan, exdirectora general de la Organización Mundial de la Salud: “Tal y como me han dicho una y otra vez los gobernantes, la presión de los lobbies alimentarios ha socavado sus acciones dirigidas a reducir la obesidad”.