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En Niza, sureste de Francia, se juntarán del 9 al 13 de junio más de 50 jefes de Estados para la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Océano. Una cumbre de cinco días para buscar soluciones a múltiples retos ambientales, como la pérdida drástica de ciertas especies por la sobrepesca, o el calentamiento de las aguas a causa del cambio climático.
Con el 10% de las especies marinas en peligro de extinción, el 37 % de las poblaciones de peces sobreexplotadas y al menos ocho millones de toneladas de plásticos vertidos cada año en los mares, los retos ambientales en torno a los océanos son múltiples. Urge conservar mejor los océanos y restaurar los ecosistemas marinos dañados por las actividades humanas, indican los oceanólogos.
El acuerdo de altamar
En la cumbre de Niza, se buscará precisamente avanzar en el punto 14 de la agenda 2030 de Naciones Unidas, es decir conservar y utilizar de forma sostenible los océanos. A través de acuerdos, financiamientos y compromisos políticos, la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Océano es el espacio para buscar soluciones a estos desafíos, afirma Maximiliano Bello, especialista en protección marina en la fundación Blue Marine.
“Si bien, efectivamente no es una COP de negociación, creo que demuestra esta intención global de poner mucho más en la palestra al océano. Estamos hablando por ejemplo, entre las cosas importantes que estamos viendo, del tema del acuerdo de altamar: esperamos seguir sumando países para que ratifiquen y que pueda entrar en vigor lo antes posible. Los subsidios a la pesca es un tema clave internacional, para poder detener los subsidios que están aumentando la destrucción del océano. Por otra parte, está obviamente el ‘30×30’ que depende de la Convención de Diversidad Biológica: que la protección del océano y de la tierra para el 2030 sea del 30% al menos. Entonces [esta cumbre] viene a reunir todos estos temas en una sola gran conversación”, detalla Bello.
En esta cumbre se hablará, por ejemplo, de los impactos posibles de la minería submarina, del plástico en el océano, de la regulación de la pesca, de la protección de las rutas de migración de los peces... Pero según el especialista, “todos [estos temas] son urgentes, con diferentes focos. Por ejemplo, con el 30x30 estamos muy atrás, pero sin embargo hay países que están avanzando muchísimo”.
Por ejemplo, recalca, el presidente chileno Gabriel Boric, en su Cuenta Pública, habló del aumento del 18% de las áreas protegidas en el país. “Eso muestra también la ambición de países que están avanzando con paso muy firme, pero nos falta que todos se unan y para eso también necesitamos un acuerdo de altamar”, afirma Bello.
“No son necesidades de consumo”
Hay ambición, efectivamente, pero hay intereses también económicos de algunos países, empresas o grupos de intereses, para iniciar actividades peligrosas para el medioambiente como la minería submarina o la pesca de especies amenazadas.
“Es sin duda preocupante que todavía sigamos en una visión muy cortoplacista”, en la que vamos “a explotar ecosistemas que han venido evolucionando, que han venido generándose por miles o millones de años, como las zonas profundas donde se pretende extraer materiales para poder hacer crecer la industria de los autos eléctricos, o este cambio energético que buscamos...”, comenta el especialista en protección marina.
“No podemos, por un lado, solucionar una cosa y destruir, por otro lado, la fuente de la vida. Y ese corto plazo ha sido muy común también en la pesca. La pesca hoy día sigue en muchos lugares. Por ejemplo, hemos visto en Francia, en España y en muchos otros lugares que hay áreas marinas protegidas que todavía tienen pesca de arrastre”, agrega.
Y si bien “la pesca de arrastre es reconocida como una actividad muy destructiva, hay muchas otras actividades también que son muy destructivas y muchas de esas actividades funcionan solamente como necesidad de lujo. No son necesidades de consumo de la gente para la proteína, para la salud alimentaria. Entonces tenemos que empezar a definir qué es lo que queremos. Este es un planeta que es finito. Todos sus recursos son finitos”, concluye Maximiliano Bello.
La cumbre de Niza durará hasta el 13 de junio y debería concluirse con una declaración común para la protección de los océanos.
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En Niza, sureste de Francia, se juntarán del 9 al 13 de junio más de 50 jefes de Estados para la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Océano. Una cumbre de cinco días para buscar soluciones a múltiples retos ambientales, como la pérdida drástica de ciertas especies por la sobrepesca, o el calentamiento de las aguas a causa del cambio climático.
Con el 10% de las especies marinas en peligro de extinción, el 37 % de las poblaciones de peces sobreexplotadas y al menos ocho millones de toneladas de plásticos vertidos cada año en los mares, los retos ambientales en torno a los océanos son múltiples. Urge conservar mejor los océanos y restaurar los ecosistemas marinos dañados por las actividades humanas, indican los oceanólogos.
El acuerdo de altamar
En la cumbre de Niza, se buscará precisamente avanzar en el punto 14 de la agenda 2030 de Naciones Unidas, es decir conservar y utilizar de forma sostenible los océanos. A través de acuerdos, financiamientos y compromisos políticos, la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Océano es el espacio para buscar soluciones a estos desafíos, afirma Maximiliano Bello, especialista en protección marina en la fundación Blue Marine.
“Si bien, efectivamente no es una COP de negociación, creo que demuestra esta intención global de poner mucho más en la palestra al océano. Estamos hablando por ejemplo, entre las cosas importantes que estamos viendo, del tema del acuerdo de altamar: esperamos seguir sumando países para que ratifiquen y que pueda entrar en vigor lo antes posible. Los subsidios a la pesca es un tema clave internacional, para poder detener los subsidios que están aumentando la destrucción del océano. Por otra parte, está obviamente el ‘30×30’ que depende de la Convención de Diversidad Biológica: que la protección del océano y de la tierra para el 2030 sea del 30% al menos. Entonces [esta cumbre] viene a reunir todos estos temas en una sola gran conversación”, detalla Bello.
En esta cumbre se hablará, por ejemplo, de los impactos posibles de la minería submarina, del plástico en el océano, de la regulación de la pesca, de la protección de las rutas de migración de los peces... Pero según el especialista, “todos [estos temas] son urgentes, con diferentes focos. Por ejemplo, con el 30x30 estamos muy atrás, pero sin embargo hay países que están avanzando muchísimo”.
Por ejemplo, recalca, el presidente chileno Gabriel Boric, en su Cuenta Pública, habló del aumento del 18% de las áreas protegidas en el país. “Eso muestra también la ambición de países que están avanzando con paso muy firme, pero nos falta que todos se unan y para eso también necesitamos un acuerdo de altamar”, afirma Bello.
“No son necesidades de consumo”
Hay ambición, efectivamente, pero hay intereses también económicos de algunos países, empresas o grupos de intereses, para iniciar actividades peligrosas para el medioambiente como la minería submarina o la pesca de especies amenazadas.
“Es sin duda preocupante que todavía sigamos en una visión muy cortoplacista”, en la que vamos “a explotar ecosistemas que han venido evolucionando, que han venido generándose por miles o millones de años, como las zonas profundas donde se pretende extraer materiales para poder hacer crecer la industria de los autos eléctricos, o este cambio energético que buscamos...”, comenta el especialista en protección marina.
“No podemos, por un lado, solucionar una cosa y destruir, por otro lado, la fuente de la vida. Y ese corto plazo ha sido muy común también en la pesca. La pesca hoy día sigue en muchos lugares. Por ejemplo, hemos visto en Francia, en España y en muchos otros lugares que hay áreas marinas protegidas que todavía tienen pesca de arrastre”, agrega.
Y si bien “la pesca de arrastre es reconocida como una actividad muy destructiva, hay muchas otras actividades también que son muy destructivas y muchas de esas actividades funcionan solamente como necesidad de lujo. No son necesidades de consumo de la gente para la proteína, para la salud alimentaria. Entonces tenemos que empezar a definir qué es lo que queremos. Este es un planeta que es finito. Todos sus recursos son finitos”, concluye Maximiliano Bello.
La cumbre de Niza durará hasta el 13 de junio y debería concluirse con una declaración común para la protección de los océanos.
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