La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado la alerta: el Covid-19 sigue causando unas 1.500 muertes a la semana en todo el mundo, al tiempo que baja de la cobertura de inmunización. Andrés Pizzorno, doctor en inmunología, destaca la importancia de controlar el nivel de infección de la población para reducitr el número de infectados y de variantes capaces de escapar a las vacunas.

La cifra no parece anodina: 1500 muertos semanales a causa del Covid-19 nos lleva a pensar que esta enfermedad no es cosa del pasado. En entrevista con Radio Francia Internacional (RFI), Andrés Pizzarno, inmunólogo del Centro Internacional de Investigación en Infectología (CIRI), afirma que, aunque hoy situación está mucho más controlada, el riesgo sigue existiendo.

RFI: ¿Tenemos por qué preocuparnos frente al Covid-19 hoy?

Andrés Pizzarno: Lamentablemente el Covid-19 y, sobre todo, el síndrome post COVID sigue siendo un problema importante. Más allá de que los casos de hospitalización, por suerte no están en los picos de los peores momentos, las nuevas variantes escapan total o parcialmente a la protección de la vacuna. El hecho de que se tomen menos medidas para controlar la diseminación del virus hace que se pueda infectar más gente y le da más posibilidades de generar nuevas variantes que escapen. Y a medida que acumulamos infecciones por Covid-19, la probabilidad de tener secuelas a largo plazo aumenta de forma significativa. Entonces, es muy importante controlar el nivel de infección a nivel poblacional, sobre todo en la gente vulnerable, pero en general, a nivel de la población.

RFI: Entonces, sigue siendo necesario practicarse el test.

Andrés Pizzarno: Siendo honestos y realistas, casi nadie se hace el test . Vemos gente que tiene síntomas claros de lo que podría ser Covid-19 y que, sin embargo, no se hacen test, salvo en casos muy particulares. Tampoco hay restricciones de trabajo, entonces la gente dice “ah, sí. Tengo esta tos hace ya dos meses o tengo estos mocos hace ya dos meses”.

Además, hay una cosa importante y es que esta nueva cepa genera bastante seguidos síntomas gastrointestinales e, intuitivamente, no los asociamos al Covid-19 o a una infección respiratoria. La realidad es que hoy tenemos mucha menos vigilancia a nivel población de los casos diagnosticados o confirmados. Eso permite que tengamos menos control, que la percepción del riesgo sea más baja y que la gente sienta menos la necesidad de vacunarse. Y aquellos que todavía sienten la necesidad de vacunarse tienen menos facilidad de acceso a esas vacunas.  

RFI: Al respecto, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, alerta contra el descenso de la cobertura de inmunización, especialmente entre la población con mayor riesgo y exhorta que trabajadores sanitarios y personas mayores de 60 años reciban una vacuna contra el Covid-19 en los 12 meses siguientes a su última dosis. ¿A qué se debe esa baja de la vacunación?

Andrés Pizzarno: Si bien es multifactorial, existe un factor principal que es la baja de la percepción de riesgo. En realidad, las campañas de vacunación tienen menos difusión, hay una percepción global de que la Covid-19 ahora no parece ser un problema o que solo afecta a algunas personas. Existe esa sensación de que hay que pasar la página. Obviamente que no estamos en la misma situación que en 2020 o 2021. Hoy, la situación está mucho más controlada, pero no por eso estamos en una situación donde no hay riesgo.

Hay varias olas en el año. Así que la definición como un virus estacional se sale un poco de la definición real. Y el tema es que hoy el acceso a la vacunación también es más complicado. Antes cualquiera se podía vacunar a 50 metros de su casa porque el acceso era muy fácil. Hoy es más difícil. Hay que ir a ver a su médico para que le prescriba la vacunación.En los años anteriores, había muchas medidas que facilitaban, en primer lugar, la percepción de riesgo de la necesidad de vacunarse, sobre todo las poblaciones vulnerables y sobre todo el acceso a las vacunas. Y eso hoy ha bajado. Cuando insistimos menos, cuando damos menos medios o menos facilidades para que la gente se vacune, la tasa de vacunación desciende.

El organismo de la ONU, responsable de liderar asuntos sanitarios a nivel mundial, ha instado a los gobiernos a mantener la vigilancia y el desarrollo del virus y a garantizar el acceso a pruebas, tratamientos y vacunas asequibles y fiables.