Atención, disclaimer: en su empeño por violentar los manuales de estilo del podcasting, este episodio de ¡Cuánto sufrimos, Martín! Podcast se grabó en dos días diferentes, en dos estados de ánimo distintos, en dos sabores. O, dicho en idioma pollavieja, como los antiguos casetes de música, tiene una cara A y una cara B.

En la cara A, grabada el miércoles 17 de febrero, en intrépida conexión A Coruña-Burgos, encontraréis un moderado entusiasmo e ilusión tras una victoria, y un sonido de mierda que nos hizo saltar por los aires. ¡Maldita morcilla!

En la cara B, grabada el lunes 22 de febrero, con toda la potencia de un buen wifi herculino, y que comienza exactamente a las dos horas de episodio, disfrutaréis de un sonido alto y claro, y de la experiencia de escuchar a dos tipos de 40 años llorar, claramente sobrepasados por la tortura a la que los somete su club de fútbol. No es agradable. Pero sí es entendible.

¿Puedes empezar un podcast dispuesto a celebrar y terminarlo queriéndote morir? Sí se puede. Pasen y oigan.

¡Cuánto sufrimos, Martín! Podcast es un púgil arrinconado contra las cuerdas al que su rival (porque ya todos tenemos claro a estas alturas que nuestro club de fútbol es un enemigo declarado de sus propios aficionados, ¿no?) golpea una y otra vez sin remisión, mientras el atacado apenas puede levantar los guantes para tratar de encajar tremenda somanta de palos. Este episodio iba a ser una oda a Richard Barral, responsable primero del Feirón Outlet al que habíamos caído tras soñar con los lujos asiáticos que siempre asomaban entre los labios más sensuales de Occidente. Después, estaba dispuesto a cambiar el paso para incluir también una supuesta llamada a capítulo desde la Rúa Nova a la Plaza de Pontevedra (el callejero coruñés se dibuja ya como un frente de guerra). Seguidamente, aún noqueado por el tremendísimo tortazo, asumía que tocaba enterrar el Populismo Bien entre las ráfagas de mierda que disparaba el ventilador de Vidal. Y, qué queréis que os digamos, cuando ya nos enteramos de que teníamos nuevo Consejo de Administración liderado por El Jabato Couceiro, El Toro de Oleiros y Luís Tosar, ahí ya dijimos: “Mira, Deportivo, ya nos tiramos nosotros a la lona, entregamos el Yeti y te concedemos la victoria por KO aplastante”. Diez días le bastan a El Mejor Club del Mundo (marca registrada) para demostrar que es la mejor franquicia de entretenimiento del planeta. ¿Star Wars, Marvel, quién te conoce, infeliz? Convocamos de urgencia Miguel y a Artabrias e intentamos sacar esto adelante como buenamente podemos. Benjamín y Manuel, a un paso del Twitch y del Youtube. La miniatura clickbait se titula: “Reaccionando a nuestro club en llamas”.

Estando el Deportivo en llamas, asomose al fin a un micrófono el presidente Vidal y, con los súbditos aguardando cisternas de agua, prefirió sacar un lira e interpretar por enésima vez la tonada del Populismo Bien. Hay gente que quiere ver el mundo arder. Si el incendio se sofoca será por las lágrimas de angustia que derramemos Benjamín y Manuel durante los episodios que le resten a esta empresa podcastil, otrora una depresión geográfica y de las otras; ahora, directamente, un abismo. ¡Cuánto sufrimos, Martín! Podcast confía en las buenas intenciones de la gente, pero la realidad del Deportivo es extraordinariamente tozuda y solo habla mal de todo el mundo. En tan solo siete días el primer disparo con la bala del cambio de entrenador resultó ser de fogueo y el Dépor se llevó un revolcón del Compostela que ni en los tiempos de Romano Sion, el Ronaldo Picheleiro; el león yació con el cordero (que es otra forma de decir que presidencia y ultras estarían en buenos términos, según acusaciones del ojetecalorismo despechado); fichamos a un brasileño baturro, porque ya no nos alcanza para cariocas de pura cepa; “la propiedad” ordena desplumar al mirlo blanco; y, entre rasgar y rasgar de lira, el timonel del barco insiste en que la única ruta es la línea recta hacia el iceberg y que, o se aparta esa masa de hielo, o ya veremos. Cómo será la cosa que hasta Miguel y Artabrias empiezan a perder su calma habitual. El Deportivo es un club de película y ahora mismo nos sentimos como dos extras en “Los últimos días de Pompeya”.

A ¡Cuánto sufrimos, Martín! lo del podcasting se nos queda pequeño. Nosotros sí que nos hemos pasado el juego. ¿Es acaso este humilde proyecto de dos tipos sin pericia técnica alguna, opiniones infundadas y sentido del humor cuestionable, el más arriesgado artefacto narrativo que se está produciendo ahora mismo en la Vía Láctea? Tenemos pocas dudas y, lo que es mejor, tenemos pruebas. Porque tú te piensas al darle al “play” que te vas a meter en vena auditiva unas (muchas) horas de entretenimiento sobre los desvelos del Deportivo; el Holiday On Ice Game de Salamanca; la despedida con puñalada de Fernando Vázquez; las teorías neoultranutriliberales que nos ruborizan; la judicialización tuitera; el regreso por la puerta grande del Capitán de Palo; o las nuevas teorías de Miguel y Artabrias. Y de repente, lo que te encuentras, ¡pum, en todo tu tímpano!, es un thriller en tiempo real donde, entre el batir del mar africano y el batir pélvico de una efusiva pareja, se desencadena una tensión creciente que pone en peligro la vida de un podcaster. Así, sin tapujos. Porque Benjamín y Manuel se juegan la piel en esto. ¿Os creéis que esto es un juego? Preguntadle a Lebron James si esto le parece un juego. No os confundáis. Esto es ¡Cuánto sufrimos, Martín! Podcast inaugurando la era del postpodacasting.

Año de nieves, año de bienes. ¡Cuánto sufrimos, Martín! Podcast nunca apea la bufanda, la del Deportivo, haga más o menos frío, y por eso pone el pie con confianza en un nuevo año. ¿Será este el de la inflexión, el que corte la trayectoria declinante que nos acompaña desde que, maldita sea la hora, decidimos desahogar nuestras penas blanquiazules (que ridículas nos parecen desde este abismo, oh, the irony!) en un ratito de terapia? El ratito se ha convertido en casi media jornada laboral como quien no lo ve venir, igual que el primer copo de nieve es un simpático hallazgo y de pronto, sin darte cuenta, resulta que apareces en medio del escenario de Holiday On Ice. A la directiva del Deportivo los augurios del refranero meteorológico no le convencen y ha estrenado el curso metiendo a Fernando Vázquez en el congelador, para que se quede fijado en nuestra memoria como un tótem deportivista en una vitrina que se debe romper solo en caso de emergencia. Para reemplazarlo, el verbo florido y la mistificación de Rubén de la Barrera, “koruño como tú”, que por algo esta es la era del Populismo Bien. Su suerte será la del Deportivo. ¿La nuestra? No precisamos del fútbol. Benjamín y Manuel nos bastamos por nosotros mismos para, con la escolta de Miguel y Artabrias, contaros cumpleaños infantiles, las nuevas modas del calzado, el Twitch desde la óptica pollavieja, los affaires romántico-policiales de “Kyrie Irving”, y para cantaros, sí, para cantaros. Porque nosotros encaramos el año así, a pecho descubierto por mucho temporal de frío que haya: vamos de este palo, a fuego.

Déjalo ir. Si alguien se siente parte de la cofradía de penitentes/club de S&M “RCD Como Forma de Vida”, este que se desvanece se contará entre los peores años de su vida. Jamás olvidaremos 2020 pero, a diferencia de la gran mayoría de habitantes del planeta Tierra, un colectivo de apenas unos cuantos miles de personas tendremos un primer impulso distinto cuando se nos mente la maldita fecha. “¡Uy, sí!, el año del Fuenlabrote, y el de la Segunda B, y el año en que perdimos en Riazor contra el filial del Celta, y el año en el que no pudimos ir al estadio, y el año de otro presidente y otro entrenador, y el de la racha ganadora que no sirvió para nada, y… Ah, claro, la pandemia. Si, eso también, por supuesto”. Se van doce meses que apenas nos han traído una sola alegría como deportivistas y que rematan con la decepción de comprobar que las suturas del verano apenas parecen ahora un remiendo. Quizás por sentir que este club no tiene rival en sus desventuras, muchos de sus fieles siguen buscándolo en su compañero de grada (o de red social). Para ¡Cuánto sufrimos, Martín! Podcast, como para aquel señor de Pontevedra, cuanto peor para el Deportivo, mejor para todos, y cuanto peor para todos mejor, mejor para nosotros el suyo beneficio podcastil. Benjamín y Manuel hemos tenido que aprender a grabar con mascarillas, a grabar separados en la misma ciudad e incluso, porque en la vida también nos suceden otras cosas, a grabar menos. Y aun así, ni tan mal. O bien, aunque dé vergüenza decir que algo va bien entre tanta penuria. Porque nos escucháis tanto o más que antes, y sois tan majos y majas que además nos lo hacéis saber cuando os lo pasáis bien con nosotros y cuando no (estamos esperando a veros a vosotros en La Voz -el talent show, no lo otro-, eh, follatenores). Así que os deseamos (Miguel y Artabrias también) que notéis la alta vibración de calorcito (María Conchita approves) que os mandamos de vuelta. Y, en el hipotético caso de que todo vaya a peor el año próximo, recordad: sois y somos deportivistas. Nada nos puede sorprender ya. 2021, oye, tú, sí tú: nos vas a comer los huevos.

En las últimas dos semanas, en El Mejor Club del Mundo (marca registrada), así, a vuelapluma: Diego Rolan debuta tres cursos después con el Deportivo, marca dos goles en dos partidos y se ríe de su propio meme mientras intenta ganarse la vida como streamer en Twitch; encajamos un gol en Pontevedra porque nuestro entrenador retiene a Eneko en la banda para darle instrucciones; Mujaid conduce la pelota mientras dice con el dedito a los abuelos ferrolanos que no ha habido penalti; hay bengaleo en un Riazor cerrado al público; alguien ha disparado primero en la guerra de trincheras y no sabemos quién; Fernando Vázquez vive para trolear; Sabela aka “la de Cuánto Sufrimos” recibe flame; puede que Lucas y Luis Alberto hicieran la de Miguel Bosé antes que Miguel Bosé; y un largo etcétera. Ah, y este fin de semana nuestro más querido rival inaugura la vitrina con el banderín del día en que su filial jugó partido oficial en Riazor. Después hay gente que se pregunta cómo es posible que se le vayan miles de minutos de su vida en Spotify (Bad Bunny, nos comes los huevos) escuchando el ¡Cuánto sufrimos, Martín! Podcast. ¡Mil vidas no llegan para contar todo lo que pasa alrededor de este club! Y, como en esta casa no hay miseria, nosotros también aportamos: Miguel nos cuenta la parábola de The Punisher; Artabrias nos habla del Diego; y Benjamín y Manuel cantamos (¿por qué huís, a dónde vais?). CSMP, the gift that keeps on giving.

Quién nos iba a decir que el regate esta vez nos lo iba a hacer Maradona que, siendo como fue el mayor mito que los motivados del fútbol hayamos conocido, nos tiró una finta inesperada. Solo él podría habernos roto la cintura incluso en el primer episodio de ¡Cuánto sufrimos, Martín! Podcast que se graba en dos días diferentes. Ningún fichaje o asunto de actualidad del Deportivo se hubiese librado esta vez de este tackle podcastil. Diego Armando, sí. Pero es este un podcast que no se caracteriza por detenerse en lo glorioso, sino en lo patético. Y por cada gol de leyenda en el Estadio Azteca debe de haber un empate a ceros en Guijuelo. Si al Deportivo le corresponde traer equilibrio al mundo del fútbol, sea. Así que Benjamín y Manuel nos afanamos en interpretar si todo esto que estamos viendo del Dépor “é o que hai” o realmente las conspiraciones que socavan una vez más nuestro frágil entusiasmo colectivo “habelas, hainas”. Para eso nos pasamos por el grupo de Whatsapp de la directiva y el entrenador; penamos con el abanquismo en números rojos; nos reímos de la racanería de pantomima ajena; saldamos deudas con la Salsa Rosa; y entregamos dos finales perfectos, a falta de uno: el primero con Miguel y el segundo, con Artabrias. Porque los relojes no nos contienen y es así como violamos los límites temporales, ríete tú de Christopher Nolan. Y ni siquiera de ese modo pudimos retener al Pelusa. Se nos fue el mejor futbolista del mundo. Solo nos queda El Mejor Club del Mundo.

Mucho se habla de la exigencia sobre el Deportivo. Para muestra, este podcast. Disgustado ante la pobreza del fútbol del club de sus desvelos, hizo mutis por el foro hasta que le diesen un motivo para volver. Y en cinco temporadas de podcast no es que hayamos catado muchos lideratos, no. Así que abandonamos el voto de silencio para festejar que el asco-pena, con victorias y un liderato en solitario, es casi, casi tan bueno como un rombo natxista. Benjamín y Manuel le pasan la mano por la cara a Cuarto Milenio: primero desvelan los misterios del Footters (más que ídolos, idolazos) y, a continuación, experimentan un poltergeist. Solo en este programa el encendido de un secador de pelo puede tumbar una conexión entre A Coruña y Sevilla. A la que no tumban es a la roca defensiva sustentada sobre las seis piernas de Mujaid y Uche Agbo, que nos procuró dos victorias que celebramos efusivamente, porque queremos pensar que eso es lo que Fernando Vázquez pretende que hagamos cuando nos dice que el Dépor será lo que la afición quiere que sea. Míster, no estamos seguros de pillarte del todo, pero ponemos de nuestra parte. Para afinar el tiro sobre lo que pasa en el banquillo del Deportivo acudimos a Miguel, a Artabrias y a, special guest starring, Sandra Barneda, que nos lleva al Abegondo de las Tentaciones. ¿Podrá resistir Vidal el seductor arrullo de Valerón y Raúl Caneda? ¡Ah, se nos olvidaba! 2020 no puede parar de asombrarnos: se dice que Diego Rolan pasea por Coruña y se entrena con el Dépor. Por si el ¡Cuánto sufrimos, Martín! os parecía poca bizarrada.

¿Quién dice que el Deportivo no ha empezado fuerte su temporada en Segunda B? Miradnos a nosotros, que hemos dejado pasar días y días entre la peregrinación de las almas en pena blanquiazules a Compostela y la grabación del podcast, y aún así apenas podemos contener el cabreíto fuerte ante la evidencia de que #lamismamierdadesiempre ya hace tiempo que ha dejado de ser algo circunstancial en el Deportivo para convertirse en consustancial. Así que mientras otros se ocupan de hacer la previa del próximo partido, nosotros, que somos de digestión lenta (el snack poco masticado produce ardor), aún estamos rumiando el adefesio de San Lázaro. Nosotros somos Benjamín y Manuel, dos tipos a los que los despropósitos de su club hace tiempo que les han anulado los sentidos, pero que aún mantienen el suficiente olfato para notar cuando algo empieza a oler a quemado en la plaza de Pontevedra. Así que nos lanzamos a la especulación dura acerca de si se ha iniciado el rodaje de “Arzúa II: Vidal Strikes Back” sin que nos hayan avisado. También pasamos un momento por misa; pensamos en hacer más donativos a la cofradía del Patrono Escotet en forma de suscripción a “Hooters, Más Que Ídolos”; le hacemos el Scouting Mal a Orangután Fedor Fuego Flores; damos las noticias de la Liga das Cidades (algunas más cidades, todo sea dicho, que otras); a diferencia del centro del campo del Deportivo, somos capaces de entregarles sendos pases al pie a Miguel y Artabrias; y nos cargamos la Salsa Rosa para que Nuria Vilaça le ponga las pilas a Rui Costa. No podemos ofreceros ilusión, pero sí podemos ser vuestros convivientes virtuales para encerrarnos perimetralmente en un catenaccio de amor deportivista.