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Bruselas ha abierto su museo dedicado a la historia y el estatus de patrimonio inmaterial de la patata frita belga. El lugar explora sus orígenes, curiosidades y revela el secreto de su preparación única, centrada en la doble cocción y la grasa de buey, para descubrir uno de los iconos gastronómicos más apreciados del país.
La patata frita más grande del mundo midió casi 10 metros. El popular juguete Mr. Potato se creó en 1949 y los niños podían ponerle ojos, nariz y boca a una patata de verdad.
En el siglo XVI, los hombres consideraban que las papas aumentaban el vigor sexual, una referencia a la que se alude en una comedia de William Shakespeare.
Todo esto, su origen, la historia y cómo se cocinan las famosas papas fritas belgas, se explica en el recién abierto Museo de la Frite en Bruselas.
Se trata del primer lugar de la capital belga dedicado a este popular alimento, patrimonio inmaterial del país.
“Trabajamos mucho en este museo”, dice a RFI su director, Mike Misson, para explicar qué hace especial este nuevo espacio. “Durante dos años estudiamos primero el origen y la historia de las papas y, luego, de las papas fritas. Si se visita este museo, se puede ver de forma didáctica, lúdica e interactiva los orígenes del cultivo de la papa en Perú hasta cómo acaban las papas fritas en el plato; o, también, por ejemplo, contamos la diferencia entre las papas belgas y las francesas”.
Leer tambiénEl secreto de las mejores papas fritas de mundo
El museo cuenta con una gran máquina, una jukebox, donde se reproducen clásicos de la música en la que se mencionan las papas fritas, del belga Jacques Brel al francés Jean Valton.
Doble cocción y grasa de vaca
Tampoco falta el secreto de cómo se cocina la perfecta papa frita. Edna es la cocinera que prepara todos los días este alimento a los visitantes del museo.
“Las papas fritas belgas son especiales respecto a otros países porque para, empezar, se cocinan dos veces, en temperaturas diferentes, y además se cocinan en grasa de vaca, y este sabor de la grasa permite que tengan un sabor más intenso que si se cocina con aceite vegetal. Así que su particularidad es el tiempo de cocinado, su temperatura y la grasa”, detalla la cocinera.
¿Y cómo están las papas fritas belgas de este museo? “Están buenas, estaba llena luego de comer gofres, pero no me podía resistir”, cuenta Juutti, turista estadounidense, que probó por primera vez las célebres papas en un céntrico local, al lado del museo.
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Bruselas ha abierto su museo dedicado a la historia y el estatus de patrimonio inmaterial de la patata frita belga. El lugar explora sus orígenes, curiosidades y revela el secreto de su preparación única, centrada en la doble cocción y la grasa de buey, para descubrir uno de los iconos gastronómicos más apreciados del país.
La patata frita más grande del mundo midió casi 10 metros. El popular juguete Mr. Potato se creó en 1949 y los niños podían ponerle ojos, nariz y boca a una patata de verdad.
En el siglo XVI, los hombres consideraban que las papas aumentaban el vigor sexual, una referencia a la que se alude en una comedia de William Shakespeare.
Todo esto, su origen, la historia y cómo se cocinan las famosas papas fritas belgas, se explica en el recién abierto Museo de la Frite en Bruselas.
Se trata del primer lugar de la capital belga dedicado a este popular alimento, patrimonio inmaterial del país.
“Trabajamos mucho en este museo”, dice a RFI su director, Mike Misson, para explicar qué hace especial este nuevo espacio. “Durante dos años estudiamos primero el origen y la historia de las papas y, luego, de las papas fritas. Si se visita este museo, se puede ver de forma didáctica, lúdica e interactiva los orígenes del cultivo de la papa en Perú hasta cómo acaban las papas fritas en el plato; o, también, por ejemplo, contamos la diferencia entre las papas belgas y las francesas”.
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El museo cuenta con una gran máquina, una jukebox, donde se reproducen clásicos de la música en la que se mencionan las papas fritas, del belga Jacques Brel al francés Jean Valton.
Doble cocción y grasa de vaca
Tampoco falta el secreto de cómo se cocina la perfecta papa frita. Edna es la cocinera que prepara todos los días este alimento a los visitantes del museo.
“Las papas fritas belgas son especiales respecto a otros países porque para, empezar, se cocinan dos veces, en temperaturas diferentes, y además se cocinan en grasa de vaca, y este sabor de la grasa permite que tengan un sabor más intenso que si se cocina con aceite vegetal. Así que su particularidad es el tiempo de cocinado, su temperatura y la grasa”, detalla la cocinera.
¿Y cómo están las papas fritas belgas de este museo? “Están buenas, estaba llena luego de comer gofres, pero no me podía resistir”, cuenta Juutti, turista estadounidense, que probó por primera vez las célebres papas en un céntrico local, al lado del museo.
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