Medita cada pensamiento y acción que pueda perturbar el contentamiento.

El ser humano hace planes, pero la palabra final la tiene el Señor.

Es más fácil refrenarnos al hablar que sanar lo que producimos con nuestras palabras.

El orden puede alcanzar el punto de esterilidad. debemos tener disposición a aceptar la agitación, como el precio del crecimiento.

Escucha la corrección, entiende su valor y sobre todo acciona basada en ella.

“Si descubrimos que estamos molestos cuando nos señalan nuestras fallas, eso muestra que no solo no tenemos gracia, tampoco comprensión. Nos comportamos como si fuéramos necios".

Ser de una sopla pieza, debería ser nuestra norma de vida.

“Hablar mucho es de tontos; saber callar es de sabios.”

En cada ciudad, en cada calle, por cada puerta, estas dos voces de sabiduría e insensatez son atractivas para los hombres. Obedecer el llamado de la sabiduría es vivir.

En formas a veces sutiles y a veces obvias, el mundo, la carne y el diablo quieren que pensemos que de alguna manera perderemos al escuchar la sabiduría y mantener sus caminos.