Muertos en vida, caminamos con la afectividad destrozada, mutilada o silenciada. Nadie quiere sentirse deprimido, porque "la vida es para echarle ganas" sin comprender el sentido de lo que en sí misma la depresión lleva guardada:
Llanto, enojo, desilusión, impotencia, furia, desesperación, incomprensión; un huracán reprimido que nos encorva la espalda y nos nubla la visión. Despierta, vive lo que intentas esconder, la vida no es puro placer, y las verdades y sentimientos incómodos liberan al ser.
No tengas miedo, de empezar éste proceso, de caminar contra corriente disfrutando del presente. Valida tus emociones, experimenta su variedad, identifica y comprende, y en un sabio te convertirás.