Es importante hablar de las emociones porque siempre estas nos predisponen para
la acción y son constitutiva del comportamiento humano. Las emociones son contagiosas, afectan
nuestras conversaciones y relaciones y nos ayudan a poder ser agentes de cambio hacia nosotros
mismos y por ende hacia los demás. En estos días de encierro solemos nuestras emociones son
cambiantes y se activan de manera diferente a lo que lo venían haciendo. El factor desequilibrante
en esas emociones es la incertidumbre a lo que vendrá y los miedos a lo desconocido .
El miedo es la emoción más estudiada en los animales y en el ser humano. Es un estado emocional
negativo o aversivo con una activación muy elevada que incita la evitación y el escape de
situaciones peligrosas. La vivencia de esta es una sensación de gran tensión junto a una
preocupación por la propia seguridad y salud.
La actividad cardíaca se dispara y la actividad respiratoria se acelera, produciendo una respiración
superficial e irregular.
El miedo paraliza y nos ancla en la situación si poder reaccionar asertivamente. Veamos cuales son
las razones por las que en muchas ocasiones nos invade el miedo y como salir de el .
2 Crónicas 32:7 Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis MIEDO del rey de Asiria, ni de toda la
multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él.