La túnica que el Señor da a sus escogidos les otorga valor; sin embargo, cuando intentamos ponernos nuestra propia túnica de colores para demostrar quiénes somos y qué poseemos, en el mundo no nos funcionará y provocará envidia, pero en la familia del Señor traerá respaldo. La túnica de colores trae bendición y retos, y nos distinguirá del resto.

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