
Sign up to save your podcasts
Or
En plena ola de calor que azota el continente, la Comisión Europea oficializó su objetivo de recortar en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2040, pero propuso varias concesiones a los países reticentes.
Europa es el continente que más rápido se está calentando. Olas de calor con más de 40°C como la que se registró esta semana, serán más frecuentes con la curva actual del cambio climático, indican las proyecciones científicas. En este contexto, el comisario europeo para el Clima, Wopke Hoekstra, mantuvo el objetivo de reducir en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2040 en relación con los niveles de 1990. Una meta ambiciosa, fruto de meses de negociaciones, pero “insuficiente”, estima Anabella Rossemberg, experta en negociaciones climáticas en la Red Acción Climática, coalición de ONG ambientales.
“Desde la sociedad civil, pensamos que como segundo emisor histórico de gases de efecto invernadero, este objetivo no refleja adecuadamente su responsabilidad”, declaró Rosemberg.
La presentación del objetivo climatico de la U.E. conlleva, sin embargo, tres cláusulas de flexibilidad que el comisario Hoekstra justifico como una prueba de “pragmatismo” para una discusión “sensible”.
Según el plan del ejecutivo europeo, los países de la Unión podrán compensar hasta el 3% de sus emisiones invirtiendo en mecanismos de reducción del CO2 en el extranjero, como proyectos de reforestación. Un mecanismo de créditos de carbono que el propio Consejo Científico Consultivo Europeo sobre Cambio Climático rechazó en un informe a principios de junio. “Los créditos internacionales (de carbono) pueden parecer rentables a escala mundial, pero conllevan grandes riesgos para los mercados de carbono y para la integridad medioambiental. Por este motivo, el Consejo Asesor no recomienda su uso como sustituto de las reducciones de emisiones nacionales en el marco del objetivo de 2040”, indican los científicos en el reporte.
“El 3% no es despreciable. Se trata de sumas potencialmente considerables que se gastarán en el extranjero en lugar de financiar la transición en Europa”, lamenta Neil Makarokk, experto del grupo Strategic Perspectives, en declaraciones a AFP.
Bruselas alentará también la captura y almacenamiento del Co2 en el subsuelo, una tecnología costosa y controvertida porque no incita a la industria a reducir sus emisiones. En su trayectoria de descarbonización, los estados miembros podrán también compensar emisiones de Co2 un sector industrial con más esfuerzos en otro sector.
Lo que el comisario califica de flexibilidad es en realidad un retroceso para satisfacer a ciertos intereses nacionales, estima Anabella Rosemberg. “Hay jefes de estado climatoescépticos como en Hungría. Sabemos también que Francia presionó para imponer la idea de ‘neutralidad tecnológica’, lo que significa no priorizar a las energías renovables por sobre la energía nuclear, que es una prioridad para el gobierno francés”, agrega la especialista en políticas climáticas.
“Distintos países de la Unión Europea han reclamado su pequeña porción de beneficio en lo que tendría que ser un plan para salvar la humanidad, en un contexto de olas de calor nunca vistas en Europa”, concluyó Rosemberg.
La meta de 2040 es una etapa crucial en la ruta hacia la neutralidad de carbono que la Unión Europea quiere alcanzar en 2050 mediante la generalización de los autos eléctricos, la renovación térmica de las viviendas y la reducción gradual de la importación de combustibles fósiles.
5
66 ratings
En plena ola de calor que azota el continente, la Comisión Europea oficializó su objetivo de recortar en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2040, pero propuso varias concesiones a los países reticentes.
Europa es el continente que más rápido se está calentando. Olas de calor con más de 40°C como la que se registró esta semana, serán más frecuentes con la curva actual del cambio climático, indican las proyecciones científicas. En este contexto, el comisario europeo para el Clima, Wopke Hoekstra, mantuvo el objetivo de reducir en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2040 en relación con los niveles de 1990. Una meta ambiciosa, fruto de meses de negociaciones, pero “insuficiente”, estima Anabella Rossemberg, experta en negociaciones climáticas en la Red Acción Climática, coalición de ONG ambientales.
“Desde la sociedad civil, pensamos que como segundo emisor histórico de gases de efecto invernadero, este objetivo no refleja adecuadamente su responsabilidad”, declaró Rosemberg.
La presentación del objetivo climatico de la U.E. conlleva, sin embargo, tres cláusulas de flexibilidad que el comisario Hoekstra justifico como una prueba de “pragmatismo” para una discusión “sensible”.
Según el plan del ejecutivo europeo, los países de la Unión podrán compensar hasta el 3% de sus emisiones invirtiendo en mecanismos de reducción del CO2 en el extranjero, como proyectos de reforestación. Un mecanismo de créditos de carbono que el propio Consejo Científico Consultivo Europeo sobre Cambio Climático rechazó en un informe a principios de junio. “Los créditos internacionales (de carbono) pueden parecer rentables a escala mundial, pero conllevan grandes riesgos para los mercados de carbono y para la integridad medioambiental. Por este motivo, el Consejo Asesor no recomienda su uso como sustituto de las reducciones de emisiones nacionales en el marco del objetivo de 2040”, indican los científicos en el reporte.
“El 3% no es despreciable. Se trata de sumas potencialmente considerables que se gastarán en el extranjero en lugar de financiar la transición en Europa”, lamenta Neil Makarokk, experto del grupo Strategic Perspectives, en declaraciones a AFP.
Bruselas alentará también la captura y almacenamiento del Co2 en el subsuelo, una tecnología costosa y controvertida porque no incita a la industria a reducir sus emisiones. En su trayectoria de descarbonización, los estados miembros podrán también compensar emisiones de Co2 un sector industrial con más esfuerzos en otro sector.
Lo que el comisario califica de flexibilidad es en realidad un retroceso para satisfacer a ciertos intereses nacionales, estima Anabella Rosemberg. “Hay jefes de estado climatoescépticos como en Hungría. Sabemos también que Francia presionó para imponer la idea de ‘neutralidad tecnológica’, lo que significa no priorizar a las energías renovables por sobre la energía nuclear, que es una prioridad para el gobierno francés”, agrega la especialista en políticas climáticas.
“Distintos países de la Unión Europea han reclamado su pequeña porción de beneficio en lo que tendría que ser un plan para salvar la humanidad, en un contexto de olas de calor nunca vistas en Europa”, concluyó Rosemberg.
La meta de 2040 es una etapa crucial en la ruta hacia la neutralidad de carbono que la Unión Europea quiere alcanzar en 2050 mediante la generalización de los autos eléctricos, la renovación térmica de las viviendas y la reducción gradual de la importación de combustibles fósiles.
192 Listeners
45 Listeners
40 Listeners
0 Listeners
4,418 Listeners
130 Listeners
3 Listeners
0 Listeners
0 Listeners
1 Listeners
108 Listeners
6 Listeners
0 Listeners
837 Listeners
28 Listeners
23 Listeners
3 Listeners
33 Listeners
21 Listeners
8 Listeners