La historia de la humanidad se desarrolla en medio de poderosos que se suceden, ¡unto a catástrofes, guerras, hambrunas y situaciones deshumanizantes. Sin embargo, el creyente sabe leer todo ello desde la óptica del futuro, porque Dios es el Señor de la historia y Él la conduce, a pesar de todo. El evangelio nos hace un fuerte llamado a confrontar nuestra vida con la Palabra del Señor, que trasciende el tiempo y el espacio, y supera toda infidelidad y falta de compromiso. ¡Señor, ayúdanos a estar atentos a tu presencia en nuestra historia!