Él es el mismo Dios que tiene el poder para mandar calmar el mar de tus quebrantos y callar toda tormenta que se levante en tu vida.

Así que toma ánimo, baja de la barca de tu duda y camina sobre las aguas de la fé.

Enfrenta la tormenta sabiendo que aún en medio de ella, Jesús estará ahí, llegará siempre a tiempo y de forma sobrenatural, porque Él no necesita una barca para llegar a tí, porque tú salvador, mi querid@ amig@, camina sobre las aguas.

Así que confía, no dudes que Él calmará tus tormentas, te llevará de su mano y prónto hará cosas fantásticas en tu vida.

Solo quien ha pasado un desierto, conoce la inigualable belleza de un oasis y sabe lo que significa tener sed. Todos hemos tenido momentos tristes, y tendremos momentos y días difíciles, pero nunca tendremos un día sin la gracia, el amor y la compañía de Dios.

Y aún cuando creas que Dios te abandonó, aunque no sabes porque Dios ha permitido tantas cosas en tu vida, Él jamás te dejará.

Aunque te ofrezcan mil cosas para aparentemente "sacarte" de la prisión de escacés que ven tus ojos... hoy vengo a decirte: ”No negocies tu integridad ni tus principios. Y mucho menos pierdas tu fe"

Porque a pesar del panorama incierto que ves ahora, Dios cumplirá su propósito en tí.

Si Él te llamó y te dió la capacidad de soñar, es porque Él también te dará lo necesario para hacer realidad tus sueños.

Créeme, que aunque no lo entiendas ahora, todo lo que has vivido, ha sido la plataforma que Dios ha usado para que estés en el sitio adecuado, conozcas las personas correctas y te lleve al momento preciso para ver realizados tus sueños.

Así que anímate y no dejes de soñar porque ciertamente, Dios no se ha olvidado de ti, ni se ha olvidado de sus promesas. Y pronto, te sacará del pozo de la desesperación y podrás ver la fantástica obra que hará en tu vida.

La invitación está semana es a reír, pero no incredulidad, sino de alegría, de confianza porque ciertamente, lo que Dios te ha prometido, tus ojos lo verán.

No hay nada imposible para Dios y su palabra dice en Salmos 37:19: «En tiempos difíciles serán prosperados; y en épocas de hambre tendrán abundancia».

Así que, sin importar las circunstancias que te rodean, confía en Dios y prepárate, porque prónto verás cómo ante todo pronóstico, Él traerá aquello que tanto has esperado para tu vida, para tu casa, tu negocio, tu salud, tu ministerio y entonces sabrás que El es tu Dios, que nunca se ha olvidado de ti y jamás te dejará sólo.

Hoy más que nunca debemos recordar que cuando tememos a Dios, los demás temores desaparecen. Porque ante la luz de su presencia tiembla el enemigo, desaparecen las tinieblas y no hay circunstancia, enfermedad o crisis que pueda resistir su poder.

Este no es un año de crisis, sino de bendición.

Es el tiempo en que Dios te mostrará su gloria, y sin importar cuánto te hayan menospreciado, Él cambiará tu historia y pondrá tu nombre en alto.

Tan sólo crée, levántate y dile a ese gigante, que ahora es Dios quien pelea tus batallas y que tu victoria está asegurada porque si El está contigo... No importa quien quién esté contra tí.

No te conformes con las migajas de la cosecha, cuando estás destinado a disfrutar de tu propia tierra, de grandes cosechas y de una vida abundante.

Sé que alguien necesita escuchar esto: No te desanimes ni te devuelvas, porque las pocas espigas que hoy ves, son el preludio de una gran cosecha y tus detractores, tus acreedores y quiénes te menospreciaron, serán testigos de cómo Dios cambiará tu historia de escacés y dolor, por una hermosa historia de bendición.

Y a través de ti sus vidas serán impactadas y entonces vendrán para decirte: «Perdón, pero también quiero un cambio en mi vida. Desde hoy tu gente será mi gente y tú Dios, también será mi Dios».

No importa cuantos sean tus traumas, tus fallas o tus marcas del pasado, Dios te ha comprado, te ha guardado y te ha sostenido, porque te ama y quiere bendecirte.

Te dará un nuevo destino, una nueva vida, nuevos caminos y un nuevo nombre.

ÉL cambiará tu historia, para que sepas que la mas hermosa historia de amor en tu vida, no fue escrita con tinta, sino con sangre en una cruz.

Dios dice en su palabra que debemos dar de gracia, lo que de gracia recibimos. Así que es el momento de dar amor, porque Él nos ama, damos misericordia, porque cada día necesitamos misericordia y así como Dios no nos señala, ni nos recrimina ni se avergüenza de nosotros, tampoco debemos hacerlo con alguien que se equivocó, que falló y que viste o habla distinto a nosotros.

Así que este fin de semana, si extiendes tu mano, que no sea para señalar, sino para abrazar y si abres tu boca que no sea para juzgar, sino para bendecir.

Y... si ves a alguien triste y sin sonrisa, dale la tuya y si ves a alguien roto y vacío, llénalo de amor, no de juicios.

Sólo, deja el afán, libérate del estrés y permite que Dios lleve tus cargas y te guíe.

No intentes poner puntos finales, dónde Dios sólo quiere poner una coma. Porque cada vez que veas un bloqueo en tu vida, cada calle cerrada, no es el final del camino, sino un redireccionamiento de Dios para librarte de algo, cumplir su propósito y para llevarte al maravilloso lugar de bendición que tiene para tí.

Éste es el tiempo de tu restitución, así que confía en Dios, porque Él te llevará a conquistar tu tierra Prometida.

Así que levántate, escucha la voz de Dios y atrévete a creer. Él te dará la estrategia para vencer, derribará tus muros, estará contigo como estuvo con Josué y todos verán cómo Dios cambiará tu historia. Y créeme... ¡Será Fantástica!