Son nombrados cónsules Publio Cornelio Escipión y Publio Licinio Craso Dives.
Es nombrado dictador Quinto Cecilio Metelo.
Son nombrados procónsules Quinto Cecilio Metelo, Marco Livio Salinator y Publio Sempronio Tuditano.
Son nombrados pretores Espurio Lucrecio, Cneo Octavio Rufo, Cneo Servilio Cepión y Lucio Emilio Papo.
Hechos destacados del año:
En el decimocuarto año de la Segunda Guerra Púnica, Publio Cornelio Escipión y Publio Licinio Craso Dives iniciaron ambos su primer consulado.
Hay que mencionar que Publio Cornelio Escipión, sin tener la edad reglamentaria para acceder al consulado y sin haber sido pretor, fue designado cónsul.
Se difundió por Roma que África sería constituida como una nueva provincia y que Publio Cornelio Escipión sería el encargado de gobernarla. El senador recurrió a su experiencia y se opuso al plan temerario del cónsul, Publio Cornelio Escipión, de invadir África.
Se aprobó el sabio consejo de Quinto Fabio Máximo Verrucoso Cunctator y no la impetuosidad de la juventud de Publio Cornelio Escipión.
Le correspondió a Quinto Cecilio Metelo actuar junto al cónsul contra Aníbal en el Brucio.
El cónsul, Publio Cornelio Escipión, ni obtuvo ni insistió en lograr permiso para alistar tropas, pero se le permitió reclutar voluntarios.
Así pues, el cónsul, Publio Cornelio Escipión, navegó hacia Sicilia con 7.000 voluntarios a bordo de sus 30 buques de guerra y su colega, Publio Licinio Craso Dives, al Brucio, donde escogió el ejército del ex cónsul, Lucio Veturio Filón, y permitió que Quinto Cecilio Metelo conservara el mando de las dos legiones, que ya mandaba, como procónsul.
Italia.
Liguria.
Estos sucesos fueron comunicados al Senado romano por el pretor Espurio Lucrecio.
Italia.
El Brucio.
Sicilia.
Varias ciudades sicilianas.
Hispania.
El ilergete Indíbil, cuando Hispania fue abandonada por Publio Cornelio Escipión y Roma no tuvo otro general mejor que él para sustituirle, inició la guerra,
Afectados por la reducción de efectivos, los procónsules romanos, Lucio Cornelio Léntulo y Lucio Manlio Acidino, cuyos méritos personales fueron solo sus nombres, comandaron un ejército formado por hombres inexpertos, auténticos reclutas desentrenados.
Los procónsules romanos aunaron sus fuerzas y partieron hacia territorio sedetano, en el campo de Salduba (Zaragoza).
El procónsul, Lucio Cornelio Léntulo, ordenó a su caballería cruzar los pasillos abiertos a toda velocidad.
Las fuerzas romanas quebraron el frente enemigo en todas sus líneas, dificultándoles reagruparlas y recomponerlas.
Los romanos exigieron que entregasen vivo a Mandonio y a los demás instigadores de la guerra para no arrasar el país de los ilergetes y ausetanos y el resto de los demás pueblos, participantes en la guerra.
Mandonio y ciertos jefes fueron detenidos por los miembros del consejo y entregados a los romanos.
A partir de entonces, los romanos concedieron un pacto expreso a las ciudades de Emporión (Ampurias), Gades (Cádiz) Ebussus (Ibiza).
África.
Costa norteafricana. En un principio, por ser estas noticias confusas, en un momento tan crítico, porque Sifax tenía arreglos con el cónsul romano y Masinisa se había declarado enemigo de Cartago, se creyó que Publio Cornelio Escipión inició ya la invasión de África.
Italia.
Liguria.
Por entonces, el pretor, Cneo Octavio Rufo, que estaba al mando en Cerdeña, capturó hasta ochenta transportes cartagineses en las proximidades, que transportaban prisioneros ligures y suministros de grano con destino a Cartago.
África.
Cartago.
En cuanto a Magón Barca, apostado en Liguria, Cartago, por su parte, hizo un esfuerzo al reunir un ejército de 6.000 infantes, 800 jinetes y 7 elefantes, que le envió, y 25 buques de guerra, incluyendo una gran cantidad de dinero destinado a la contratación de mercenarios.
Masinisa, el príncipe númida, recriminó a Cayo Lelio el porqué el cónsul romano no llevó el ejército romano a África, justo cuando los cartagineses estaban en tal estado de consternación y desánimo, y, al mismo tiempo, no podían esperar ayuda de Sifax, porque estaba ocupado en guerrear con sus vecinos.
En Sicilia, Cayo Lelio expuso ante Publio Cornelio Escipión las quejas de Masinisa.
Italia.
Liguria.
La flota de Magón Barca resultó estar anclada en aquel momento.
Supo que había dos ejércitos romanos en campaña, uno en la Galia Cisalpina y el otro en Etruria, y que era un hecho el que el pretor, Espurio Lucrecio, uniría sus fuerzas con el procónsul, Marco Livio Salinator.
Magón Barca estuvo atado por la dependencia hacia los ligures y los galos.
Los galos argumentaron que, como uno de los ejércitos romanos estaba en su territorio, la Galia Cisalpina, y el otro, junto en la frontera con Etruria, si amparaban a los cartagineses, los romanos someterían su patria mediante una invasión desde ambas partes.
Los romanos se rehicieron en Etruria y la Galia Cisalpina, decididos a impedir el paso al púnico.
Italia.
El Brucio.
Unos locrios, capturados en uno de estos saqueos, llegaron con los romanos a un entendimiento para entregar la ciudad.
Quinto Pleminio mandó la guarnición romana y Amílcar, la cartaginesa.
Aníbal, cerca de Locres (Locri), envió instrucciones a Amílcar, ordenándole lanzar un violento ataque contra romanos y locrios.
Al amanecer, llegó Publio Cornelio Escipión ante la ciudad.
Dejando Publio Cornelio Escipión el destacamento que capturó la ciudadela, con Quinto Pleminio al mando, para proteger la ciudad, regresó con las tropas que había traído a Messana (Mesina).
Macedonia,
Grecia.
El rey Filipo 5º conoció que el sustituto del ex procónsul Publio Sulpicio Galba, otro general, con rango proconsular, Publio Sempronio Tuditano, que mandaba una fuerza de 10.000 infantes, 1.000 jinetes y 35 buques de guerra, un contingente considerable, estaba en Dirraquium (Dürres, Albania) y que ciertas tribus vecinas levantiscas, sitiaban Dimallum (Krotine).
Los epirotas, tras consultar con los romanos, enviaron emisarios a la corte del rey Filipo 5º con propuestas de paz.
Tras concluirse la paz, el procónsul, Publio Sempronio Tuditano, partió hacia Roma para asumir los deberes de otra magistratura.
Finalizó oficialmente la Primera Guerra Macedónica.
Ambos quedaron satisfechos, Roma por haber impedido que Filipo 5º se uniese a Aníbal, y Macedonia por haber ampliado considerablemente sus territorios.
Italia.
El Brucio.
A final de año una epidemia de peste afectó tanto al ejército de Aníbal como al del cónsul romano, Publio Licinio Craso Dives, con mando en el Brucio.
Italia.
Roma.
El Senado aprobó la propuesta del cónsul, Publio Licinio Craso Dives, de nombrar dictador al procónsul, Quinto Cecilio Metelo, que designó como jefe de la caballería, magister equitum, a Lucio Veturio Filón.
El dictador disolvió su ejército proconsular.