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Más de 500 personas habrían muerto en Sweida, sur de Siria, tras varios días de enfrentamientos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Este recuento se produce después de que el presidente interino Ahmed al-Shara anunciara el retiro de sus tropas de esa ciudad en un intento por evitar una guerra abierta con Israel después de que el ejército de ese país atacara Damasco supuestamente en defensa de la comunidad drusa de esta parte del territorio. Sin embargo allí, la comunidad está dividida y no todos están a favor de la protección de Israel, según un especialista entrevistado por RFI.
RFI conversó con Ignacio Alvarez-Ossorio, catedrático de estudios árabes de la Universidad Complutense de Madrid.
El presidente sirio Ahmed al-Sharaa ordenó este jueves el retiro de sus tropas de la ciudad de Sweida. Anunció ceder a los "líderes drusos" la responsabilidad de seguridad en la zona. ¿La autonomía histórica de esta minoría en Siria contradice los proyectos de las nuevas autoridades?
Es cierto que durante la época de la dictadura de Bachar al-Asad, las minorías fueron vistas como aliados del régimen, en tanto en cuanto la familia al-Assad también formaba parte de una de las minorías, los alauíes, para formar no una especie de entente entre las minorías.
Y es cierto que siempre han tenido cierta protección por el régimen, pero nunca habían disfrutado de una autonomía tan grande como la que tienen en la actualidad, debido, sobre todo, a que se levantaron contra el régimen y conquistaron buena parte de las cuotas de poder. Y esta situación se ha mantenido en el tiempo.
Con lo cual está claro que al-Sharaa, el nuevo presidente interino, quiere desarmar a todas las milicias armadas, independientemente de su etnia o de su confesión. Y aquí entran también las milicias drusas.
Lo que está tratando de hacer el gobierno israelí es erigirse en protector de la minoría drusa para ganar voz en el futuro de Siria. Que toda la zona del sur esté desarmada y no haya presencia de las fuerzas de al-Sharaa.
¿Qué tan dividida está la comunidad drusa ante las propuestas de amparo de Israel?
Están muy divididos. Entre otras cosas porque hay cuatro o cinco grandes líderes confesionales de la minoría drusa y no todos piensan exactamente lo mismo. Hay algunos, recordémoslo, que han firmado un acuerdo para que las fuerzas de al-Sharaa se retiren de toda la zona del sur. Y hay otros que hoy por hoy están en contra de ese acuerdo y prefieren mantener las hostilidades.
Entonces hay una fractura, una división muy evidente dentro del propio liderazgo confesional druso. Y también esa fractura está siendo utilizada sobre todo por Israel para intentar ganar cuotas de poder y sobre todo, armar a los grupos más beligerantes para utilizarlos como una especie de proxy, como una especie de satélite para defender sus intereses en la nueva Siria que se está erigiendo bajo el liderazgo de al-Sharaa.
Hace unos días, Israel se estaba planteando la cuestión de normalizar relaciones con el gobierno de al-Sharaa. ¿Cómo interpretar los operativos israelíes de estos últimos días en Siria, incluídos los bombardeos en el corazón de Damasco?
A Israel le conviene un escenario de cuanto peor, mejor. Es decir, no está interesado en la estabilización de Siria, no está interesado en que el nuevo gobierno asiente su autoridad sobre el conjunto del territorio y está apostando claramente hacia la división, hacia la fragmentación, porque un enemigo tradicional como Siria es mejor mantenerla en esa situación de debilidad, de división, de fragmentación, porque esto permite de alguna manera avanzar sus intereses.
Sus intereses son obviamente redibujar las fronteras de Oriente Medio en función de sus intereses, ir progresivamente creando las condiciones para cambiar y ampliar las fronteras del Estado de Israel. Y esto tiene mucho que ver con no solo el control de los Altos del Golán, territorios ocupados según la legislación internacional desde el año 1967, sino extender el control a otras zonas como Quneitra o como el Monte Hermón que estaban fuera de esas líneas ocupadas.
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Más de 500 personas habrían muerto en Sweida, sur de Siria, tras varios días de enfrentamientos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Este recuento se produce después de que el presidente interino Ahmed al-Shara anunciara el retiro de sus tropas de esa ciudad en un intento por evitar una guerra abierta con Israel después de que el ejército de ese país atacara Damasco supuestamente en defensa de la comunidad drusa de esta parte del territorio. Sin embargo allí, la comunidad está dividida y no todos están a favor de la protección de Israel, según un especialista entrevistado por RFI.
RFI conversó con Ignacio Alvarez-Ossorio, catedrático de estudios árabes de la Universidad Complutense de Madrid.
El presidente sirio Ahmed al-Sharaa ordenó este jueves el retiro de sus tropas de la ciudad de Sweida. Anunció ceder a los "líderes drusos" la responsabilidad de seguridad en la zona. ¿La autonomía histórica de esta minoría en Siria contradice los proyectos de las nuevas autoridades?
Es cierto que durante la época de la dictadura de Bachar al-Asad, las minorías fueron vistas como aliados del régimen, en tanto en cuanto la familia al-Assad también formaba parte de una de las minorías, los alauíes, para formar no una especie de entente entre las minorías.
Y es cierto que siempre han tenido cierta protección por el régimen, pero nunca habían disfrutado de una autonomía tan grande como la que tienen en la actualidad, debido, sobre todo, a que se levantaron contra el régimen y conquistaron buena parte de las cuotas de poder. Y esta situación se ha mantenido en el tiempo.
Con lo cual está claro que al-Sharaa, el nuevo presidente interino, quiere desarmar a todas las milicias armadas, independientemente de su etnia o de su confesión. Y aquí entran también las milicias drusas.
Lo que está tratando de hacer el gobierno israelí es erigirse en protector de la minoría drusa para ganar voz en el futuro de Siria. Que toda la zona del sur esté desarmada y no haya presencia de las fuerzas de al-Sharaa.
¿Qué tan dividida está la comunidad drusa ante las propuestas de amparo de Israel?
Están muy divididos. Entre otras cosas porque hay cuatro o cinco grandes líderes confesionales de la minoría drusa y no todos piensan exactamente lo mismo. Hay algunos, recordémoslo, que han firmado un acuerdo para que las fuerzas de al-Sharaa se retiren de toda la zona del sur. Y hay otros que hoy por hoy están en contra de ese acuerdo y prefieren mantener las hostilidades.
Entonces hay una fractura, una división muy evidente dentro del propio liderazgo confesional druso. Y también esa fractura está siendo utilizada sobre todo por Israel para intentar ganar cuotas de poder y sobre todo, armar a los grupos más beligerantes para utilizarlos como una especie de proxy, como una especie de satélite para defender sus intereses en la nueva Siria que se está erigiendo bajo el liderazgo de al-Sharaa.
Hace unos días, Israel se estaba planteando la cuestión de normalizar relaciones con el gobierno de al-Sharaa. ¿Cómo interpretar los operativos israelíes de estos últimos días en Siria, incluídos los bombardeos en el corazón de Damasco?
A Israel le conviene un escenario de cuanto peor, mejor. Es decir, no está interesado en la estabilización de Siria, no está interesado en que el nuevo gobierno asiente su autoridad sobre el conjunto del territorio y está apostando claramente hacia la división, hacia la fragmentación, porque un enemigo tradicional como Siria es mejor mantenerla en esa situación de debilidad, de división, de fragmentación, porque esto permite de alguna manera avanzar sus intereses.
Sus intereses son obviamente redibujar las fronteras de Oriente Medio en función de sus intereses, ir progresivamente creando las condiciones para cambiar y ampliar las fronteras del Estado de Israel. Y esto tiene mucho que ver con no solo el control de los Altos del Golán, territorios ocupados según la legislación internacional desde el año 1967, sino extender el control a otras zonas como Quneitra o como el Monte Hermón que estaban fuera de esas líneas ocupadas.
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