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El mandatario estadounidense Donald Trump termina este jueves su gira oficial en el golfo Pérsico, en lo que representa un vuelco de la política estadounidense con los países del Medio Oriente, pues su viaje se ha centrado en los acuerdos comerciales, mas no en la diplomacia.
Que un presidente estadounidense elija Oriente Medio como su primera gira oficial y no Canadá o México como suelen hacerlo, puede interpretarse como una señal de prioridades en su política exterior. Trump eligió una región con fondos de riqueza y potencial de inversión donde unos cuantos hombres ejercen autoridad absoluta.
El mandatario rompe los esquemas y dice estar en contra de cualquier intervención estadounidense en la región, como Washington lo ha hecho con Afganistán, Irak, Libia o Siria; “siempre y cuando se lleven bien económicamente”, según el análisis de Joshua Landis, director del centro de Estudios de Medio Oriente en la Universidad de Oklahoma, EE.UU.
Para Trump es una cuestión de economía“Como lo expresó el presidente Trump, se trata de la economía, él quiere acuerdos con Arabia Saudita y los países del Golfo, y desconocemos qué más le han prometido a cambio” señala Landis. Uno de los primeros ofrecimientos que se conocieron por parte de Catar fue un avión nuevo y el líder Sirio Ahmed al Sharaa también le ha propuesto a Trump que empresas estadounidenses puedan reconstruir la infraestructura petrolera en su país. “Recordemos que Siria es un productor de petróleo, pero su infraestructura está completamente destruida y necesita miles de millones de dólares de inversión”, indicó el analista, quien asegura que la oferta es una oportunidad para que las empresas estadounidenses regresen a esta parte de Oriente Medio.
Durante la visita, los países del golfo Pérsico han recibido elogios de Donald Trump por sus camellos, sus edificaciones en mármol, entre otros. Los líderes árabes, por su parte, decían sentirse honrados con la visita del mandatario estadounidense.
El Medio Oriente busca seguridad nacionalEl director del centro de Estudios de Medio Oriente en la Universidad de Oklahoma señala que países como Arabia Saudita, Catar y Emiratos Árabes Unidos dependen de Washington para su seguridad. “Estados Unidos les proporciona armas, y una de sus principales exigencias es el uso de aviones F-35. Quieren aviones de combate y tecnología estadounidenses de vanguardia”, indicó.
Landis recuerda el tratado que Estados Unidos tiene con Israel de ventaja militar cualitativa (QEM, por sus siglas en inglés) en el que Washington garantiza a Israel una tecnología militar que supera “cualquier combinación de gobiernos árabes que pudieran oponerse”. En ese sentido, países como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos buscarían, por medio de estos tratados, obtener esta tecnología militar estadounidense de vanguardia, indica el analista, agregando que “sería una gran decepción para Israel”.
Los cortejos financieros no han parado, Arabia Saudita, por ejemplo, prometió a Trump inversiones por 600.000 millones de dólares en ámbitos como la defensa y la inteligencia artificial y Qatar Airways, compañía que pertenece a la monarquía Catarí, hizo un pedido "récord" de 160 aviones a la empresa estadounidense Boeing, por un valor de más de 200.000 millones de dólares.
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El mandatario estadounidense Donald Trump termina este jueves su gira oficial en el golfo Pérsico, en lo que representa un vuelco de la política estadounidense con los países del Medio Oriente, pues su viaje se ha centrado en los acuerdos comerciales, mas no en la diplomacia.
Que un presidente estadounidense elija Oriente Medio como su primera gira oficial y no Canadá o México como suelen hacerlo, puede interpretarse como una señal de prioridades en su política exterior. Trump eligió una región con fondos de riqueza y potencial de inversión donde unos cuantos hombres ejercen autoridad absoluta.
El mandatario rompe los esquemas y dice estar en contra de cualquier intervención estadounidense en la región, como Washington lo ha hecho con Afganistán, Irak, Libia o Siria; “siempre y cuando se lleven bien económicamente”, según el análisis de Joshua Landis, director del centro de Estudios de Medio Oriente en la Universidad de Oklahoma, EE.UU.
Para Trump es una cuestión de economía“Como lo expresó el presidente Trump, se trata de la economía, él quiere acuerdos con Arabia Saudita y los países del Golfo, y desconocemos qué más le han prometido a cambio” señala Landis. Uno de los primeros ofrecimientos que se conocieron por parte de Catar fue un avión nuevo y el líder Sirio Ahmed al Sharaa también le ha propuesto a Trump que empresas estadounidenses puedan reconstruir la infraestructura petrolera en su país. “Recordemos que Siria es un productor de petróleo, pero su infraestructura está completamente destruida y necesita miles de millones de dólares de inversión”, indicó el analista, quien asegura que la oferta es una oportunidad para que las empresas estadounidenses regresen a esta parte de Oriente Medio.
Durante la visita, los países del golfo Pérsico han recibido elogios de Donald Trump por sus camellos, sus edificaciones en mármol, entre otros. Los líderes árabes, por su parte, decían sentirse honrados con la visita del mandatario estadounidense.
El Medio Oriente busca seguridad nacionalEl director del centro de Estudios de Medio Oriente en la Universidad de Oklahoma señala que países como Arabia Saudita, Catar y Emiratos Árabes Unidos dependen de Washington para su seguridad. “Estados Unidos les proporciona armas, y una de sus principales exigencias es el uso de aviones F-35. Quieren aviones de combate y tecnología estadounidenses de vanguardia”, indicó.
Landis recuerda el tratado que Estados Unidos tiene con Israel de ventaja militar cualitativa (QEM, por sus siglas en inglés) en el que Washington garantiza a Israel una tecnología militar que supera “cualquier combinación de gobiernos árabes que pudieran oponerse”. En ese sentido, países como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos buscarían, por medio de estos tratados, obtener esta tecnología militar estadounidense de vanguardia, indica el analista, agregando que “sería una gran decepción para Israel”.
Los cortejos financieros no han parado, Arabia Saudita, por ejemplo, prometió a Trump inversiones por 600.000 millones de dólares en ámbitos como la defensa y la inteligencia artificial y Qatar Airways, compañía que pertenece a la monarquía Catarí, hizo un pedido "récord" de 160 aviones a la empresa estadounidense Boeing, por un valor de más de 200.000 millones de dólares.
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