▪︎El ego enseña que el Cielo está aquí y ahora porque el futuro es el infierno.
Hasta cuando ataca tan despiadadamente que trata de quitarle la vida al que cree que su voz es la única que existe, incluso a ése le habla del infierno.
Pues le dice que el infierno está también aquí, y lo incita a que salte del infierno al olvido total.
El único tiempo que el ego le permite contemplar a cualquiera con ecuanimidad es el pasado.
Mas el único valor de éste es que no existe.
▪︎El Espíritu Santo enseña, por lo tanto, que el infierno no existe.
El infierno es únicamente lo que el ego ha hecho del presente.
La creencia en el infierno es lo que te impide comprender el presente, pues tienes miedo de éste. El Espíritu Santo conduce al Cielo tan ineludiblemente como el ego conduce al infierno.
Pues el Espíritu Santo, que sólo conoce el presente, se vale de éste para desvanecer el miedo con el que el ego quiere inutilizar el presente.