“Nos has contado que te cuesta un poco más que al resto de los niños y niñas atender en la clase y obedecer... Hemos estudiado tu caso y tienes toda la razón". Así se dirige la magistrada Gloria Poyatos a un niño de diez años que tiene trastorno del espectro autista. La intención era que pudiera comprender la sentencia que reconoce su grado de discapacidad. A esto se le llama "perspectiva de infancia". "Aquí tendríamos un claro ejemplo de, si no se adapta esa sentencia a un lenguaje comprensible, puede ser discriminatorio por edad", asegura Concepción Torres, profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Alicante.
A pesar de tener muchas leyes que hacen referencia a esto, como la Carta de Derechos del Niño de Naciones Unidas, en la práctica sigue siendo novedoso. "Les explica en un lenguaje coloquial, familiar, próximo y emocional para que pueden entender cosas de lo que les pasa", explica Núria Pedrós, del colegio de pedagogos de Cataluña.
Informa Alba Urrutia
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