No todo estrés te hace más fuerte. De hecho, la mayoría te debilita. Hoy vamos a poner orden: qué es antifragilidad de verdad, cuándo aparece y cuándo se convierte en lesión o agotamiento. Piensa en tres estados: frágil, robusto y antifrágil. Frágil se rompe con ruido. Robusto aguanta. Antifrágil mejora con dosis pequeñas y bien espaciadas. La clave no es “más”, es la dosis y el contexto: carga, sueño, calor, trabajo.

En el vídeo verás: cómo identificar tu rango útil, señales objetivas para parar a tiempo, y un protocolo simple para dosificar: microdosis de estrés, recuperación suficiente y evaluación semanal. Al final tendrás una plantilla para aplicar esto a tu entrenamiento y a tu trabajo. Empezamos.

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