¿Eres un buen aliado para los demás… o solo estás buscando aliados para ti?
La Biblia nos muestra que ser parte del Reino no se trata solo de recibir, sino de acompañar, sostener y celebrar lo que Dios hace en otros. Ser un “aliado del Reino” es aprender a vencer la envidia, ofrecer fe cuando otro la necesita, permanecer valiente en las batallas, ser un refugio seguro y alegrarse por los triunfos ajenos.
Jonatán con David, los amigos del paralítico, Marta y María con Jesús… todos fueron aliados que marcaron vidas. Y tú también puedes serlo.