En su lugar natal, Pueblo Andino, Santa Fe, comenzó sus estudios de guitarra e integró diversos conjuntos corales con repertorios que abrevaban tanto en los géneros urbanos como en las diversas expresiones del folclore. Formó parte, en los 80, de la exitosa “Trova Rosarina”. Sus canciones fueron interpretadas y grabadas por los más prestigiosos músicos argentinos. Desde 1989 continuó como solista; acaba de editar su séptimo disco, Fander. La Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe lo declaró Intérprete Destacado; es Embajador Cultural de la Red de Mercociudades por la ciudad de Rosario, junto con Liliana Herrero, entre tantas otras distinciones.

Estudió actuación en el Payró desde los 14 años, formación que cultivó hasta convertirse en uno de los principales referentes del teatro argentino, merecedor de más de ochenta distinciones. Los 90 lo encontraron como fundador e integrante del ya disuelto Caraja-ji de Buenos Aires, un grupo de jóvenes dramaturgos definidos por la divergencia y la búsqueda de una voz independiente. Creó obras como “4D Óptico”, “¿Estás ahí?”, “Nunca estuviste tan adorable”. Su maestría de director se evidenció, por ejemplo en “Filosofía de vida”, “Mineros” y “Amadeus”. Es docente en Buenos Aires y en el exterior.

Casado con José María Di Bello, desde diciembre de 2009, se convirtió en protagonista del primer matrimonio igualitario de América Latina y el Caribe. Militante de causas desde los 13 años en el Centro de Estudiantes del secundario; más tarde en la Federación Juvenil Comunista y en la lucha por las personas que viven con VIH. Fue uno de los creadores de la Fundación Buenos Aires Sida. Hace más de 20 años le diagnosticaron esa afección. Le dieron tres meses de vida. Veinte años después, Alex sigue en defensa por los derechos, los debates que se debe la sociedad y por la igualdad en todo sentido.

El ciclo televisivo 6-7-8 del Canal Público le dio visibilidad a sus análisis plenos de convicción, argumentos y hondura conceptual. Una oralidad que también trasciende en radio a través del programa “Mañana Más”, por la Radio Pública. Un medio al que llegó en la Belgrano de la primavera alfonsinista. De ese bautismo pasó al naciente Página 12, donde cuenta 25 años de trayectoria; ahí, especializada en educación y política, hasta llegar a subeditora de esas áreas. Su calidad de periodista fue reconocida con el Premio Democracia, de la Fundación Caras y Caretas, por su tarea en medios gráficos y también por la escuela Éter, por mejor labor femenina en radio.

Escribió poesía desde chico en su Junín natal, ciudad que abandonó en la adolescencia para radicarse en Buenos Aires. Una serie de contactos azarosos lo vincularon con el mundo literario. Pegó fuerte “Nanina”, su primera novela, prohibida por la dictadura de Onganía. Y fue decisivo su encuentro con el psicoanalista Oscar Massotta, tanto en su formación psicoanalítica como literaria. Participó en la fundación de la primera Escuela Freudiana de Buenos Aires pero luego sobrevino una etapa europea, escapado en los años de plomo. Allá estudió más a Lacan, a quien conoció personalmente. En la actualidad integra la Asociación Mundial de Psicoanálisis y la Sociedad Argentina de Escritores.

Lo formaron y le dieron visibilidad en las atracciones populares sus aportes adolescentes durante cuatro años del Sandro de La Cueva y ese boom que fue el Leonardo Favio de Fuiste mía un verano. Después, a Bernardo Baraj se lo reconoce en su dúo con Juan Barrueco, que preludió el trío con Jorge González. Su vida de músico se expandió a otros fenómenos del espectáculo, hasta la acutalidad, siempre con su saxo, también con la novedad de su incursión por el canto, su acercamiento "a un dejo de tango", corporizado además por su afición de amateur bailarín milonguero. Siempre con sus genes jazzísticos, vocación docente y de notable calidad de artista.

Girotti integra esa usina de ideas que es Carta Abierta. Se desempeña en el CONICET como Profesional Principal en la Carrera de Apoyo a la Investigación y es docente en el Inst. de Ciencias Antropológicas de la Fac. de Filosofía y Letras de la UBA, en la que fue dirigente estudiantil en su juventud; también trabajó como oficial chapista en Fiat y fue delegado opositor en la UOM Palomar-Caseros. Su compromiso y militancia política lo obligaron a exiliarse en 1973; junto a Raimundo Ongaro, José Badou, Eduardo Luis Duhalde, entre otros compañeros, fue integrante de TYSAE –Trabajadores y Sindicalistas Argentinos en el Exilio hasta su regreso al país en 1983.

Estudió con notables maestros como Alejandra Boero, Lorenzo Quinteros y Ricardo Bartís hasta que se convirtió él en acreditado educador: desde 1990 dirige el Teatro-Estudio El Cuervo, donde dicta cursos de actuación, institución que pudo fundar merced al cachet que ganó con su participación en Gerente de familia, el ciclo de TV. Su trayectoria integral es sustantiva: como dramaturgo se destacan obras como Recuerdos son Recuerdos, Museo soporte, Unidad Básica, El Pintor y Edipo en Ezeiza (hace cuatro años que se representa), además de protagonizar Esperando a Godot, Postales argentinas, Hamlet. Pompeyo lleva el teatro en su piel. Un animal de teatro.

María Isabel Quiñones Gutiérrez nació en Huelva, España, donde estudió filosofía pero se convirtió en Martirio desde 1986 cuando comenzó su carrera como solista. Antes había formado parte de los grupos Jarcha y Veneno, liderado por Kiko Veneno y los integrantes de Pata Negra: Raimundo y Rafael Amado. Durante los años 80, fue una de las intérpretes más originales del panorama musical español. Su música fusiona copla andaluza, flamenco, bolero, jazz, tango, rock, guaracha. De amplísima y sustantiva trayectoria, Martirio cautivó a auditorios de todo el mundo. Es única en su arte, pionera en la renovación de la copla andaluza.

Es la directora general de Asuntos Jurídicos de la subsecretaría de Coordinación Administrativa del ministerio de Defensa, pero cobró justa notoriedad cuando se plantó con sus argumentos tan sólidos como brillantes frente a la Corte Suprema de Justicia en defensa de la Ley de Medios Audiovisuales, de la que es coautora. Esta profesional sanjuanina es una de las principales responsables, por su enorme conocimiento, del surgimiento de nuevos espacios audiovisuales para las tantas palabras que esperan su lugar. Una voz imprescindible.