Desde la Diócesis de Tui-Vigo, a través de la Vicaría de Pastoral y la delegación de Medios de Comunicación Social, te proponemos este itinerario de espiritualidad para rezar con el Evangelio de cada día desde la Cuaresma hasta Pentecostés.
El Evangelio de este sábado nos hace capaces de adentrarnos plenamente en esta escena de la barca, que sale de noche a faenar. Seguramente pueda reflejar la escena de nuestra propia vida personal, e incluso de la vida de comunidad parroquial, religiosa, o de la propia Diócesis. Cuando se hace de noche en todos los sentidos, cuando arrecia el viento contrario y se encrespan los acontecimientos, cuando se nos junta todo en contra y perdemos los ánimos, cuando pasa esto y a Jesús no lo tenemos a bordo, porque estamos nosotros distraídos o porque él nos esconde su presencia, no es extraño que perdamos la paz y el rumbo de la travesía. Si a pesar de todo, supiéramos reconocer la cercanía del Señor en nuestra historia, sea pacífica o turbulenta, nos resultaría bastante más fácil recobrar la calma.
Cristo Resucitado se nos muestra cada día como Palabra salvadora que nos habla e ilumina, él mismo se nos da como alimento para nuestro camino. Su presencia ciertamente es misteriosa como para los apóstoles en la barca, pero por la fe tenemos que estar atentos siempre y saber escuchar en el corazón ese susurro: “Soy yo, no temas”, “no tengas miedo, yo estoy contigo”, “Hombres de poca fe, ¿por qué dudáis? ¿por qué tenéis miedo?”.