El día de hoy traigo un post diferente, digamos que en celebración a que he llegado a mi episodio numero 20, hoy voy a hablar De El día que cambio mi vida no es una historia motivacional tampoco es una historia que creo que tenga una Moraleja, simplemente es la historia de cómo muchos pensamos que nacemos con aptitudes predefinidas para el deporte, la música o la matemática y se comprueba que no existen aptitudes natas solo esfuerzo y trabajo. Ya lo decía un refrán la práctica hace al maestro
Así que sin más ni más, hablemos del día que cambio mi vida…
Para poder entender la importancia de ese día debo antes contar Algunas cosas relacionadas con mi infancia y mi juventud que puedan contextualizar todo el tema de lo que fue ese día que les voy a comentar
Voy a empezar por decirles que no fui un niño prodigio pero si un niño bastante juicioso en el colegio, estaba acostumbrado a siempre ocupar los primeros lugares a costa de unas buenas calificaciones y no solamente me gradué con honores sino además de todo bastante joven, yo termine mi grado de bachiller con la edad de 15 años y pase de forma automática a la Universidad Nacional una Universidad para los que no son de Colombia de alto nivel alto prestigio y cuyo examen de admisión es bastante exigente.
Por supuesto siendo una persona tan joven, todos mis compañeros de la Universidad me superaban en edad incluso había un compañero que tenía 24 años, 9 más que yo, solíamos decirle “el abuelo” pensar que en la actualidad prácticamente duplicó esa edad, esto fue una situación muy difícil ya que yo no encajaba con los perfiles de mis nuevos compañeros
Se me olvido contar que tuve la fortuna de entrar a un colegio técnico donde además de bachillerato académico, uno salía con un nivel de formación operativa en diferentes disciplinas electricidad, mecánica industrial, ebanistería y yo opte por el trabajo con artes gráficas qué consistía en la producción de libros, folletos, documentos, volantes y todo lo que tenga que ver con piezas impresas antes de la era de los computadores
Por supuesto al entrar a la Universidad escogí una carrera que fuera muy afín a mí titulación técnica, yo no entre a estudiar matemáticas en la Universidad, entré a estudiar primero diseño gráfico y tuve que pasar de ser el mejor de mi clase sin tener que esforzarme demasiado hacer el peor de la Universidad esforzándome bastante
Realmente no me sentía cómodo en la Universidad trabajaba muy duro y tenía muy bajo rendimiento, no encajaba con mis compañeros, no era para mí una situación muy fácil y pues como había tenido un excelente puntaje de admisión en la Universidad me dieron la oportunidad de cambiarme a una carrera más afín a mis gustos, pues se sabia que no perdería el cupo de seguir estudiando diseño gráfico así que antes de que esto pasara tuve la oportunidad de entrar en diferentes clases de diferentes carreras para buscar una que me gustara más.
En podcast anteriores he comentado que cuando era niño en épocas existía una enciclopedia mi casa que se llamaba Universitas y tenía un tomo de matemáticas, el cuál de todos los libros de la enciclopedia era el que más me gustaba y lo había leído mucho, con este antecedente entre mis carreras preseleccionadas estaba matemáticas, para asistir a algunas clases y de acuerdo con mi experiencia pedir un traslado
Y así fue, en mi primera clase de matemáticas, fundamentos de matemáticas se llamaba, me gustó mucho, además ya era un año mayor, tenía 16 y ya algunos de los compañeros primiparos eran de mi edad, y así fue como decidí cambiarme la carrera diseño gráfico a la carrera de matemáticas
Allí encontré mi rumbo, pero ese no es el día que cambio mi vida, en esta carrera me iba muchísimo mejor, Podía desarrollar mejor mis capacidades, lo que aprendí estaba mucho más orientado a lo que yo esperaba lograr una carrera universitaria, en los siguientes semestres cuando yo empecé a ver materias como programación y cosas por el estilo asociadas con sistemas descubrí que mi vocación estaba al lado de los números
Pero eso no significa que yo tuviera un potencial diferente que tiene cualquier ser humano al momento de entrar a la universidad, esto lo que significa fue que había encontrado algo que me gustaba y que aunque no tuviera las capacidades tenía la oportunidad de aprender mediante la práctica algo que realmente me llamaba la atención y en lo que sentía que me podía volver muy bueno
Posiblemente el diseño gráfico podía haber sido algo que hubiera aprendido con dedicación y esfuerzo, pero allá no encajaba tanto como persona como lo estaba con las personas, los compañeros de mi ahora carrera de matemáticas
Al avanzar en la carrera y mi desempeño llamó la atención de algunos profesores cerca de quinto semestre y tuve la oportunidad vincularme un grupo de investigación de prestigiosos profesores de la Universidad con los cuales logré hacer cosas impresionantes como participar en ponencias internacionales y escribir, o bueno, ser parte de la escritura de un libro científico
Esto llevo que incluso un profesor de la universidad de Memphis Tenesse profesores que asistió al Congreso Internacional en el que participé, se interesara en mí como su pupilo para llegar a hacer grandes cosas y me hablo entre otras cosas de la oportunidad de una beca para estudiar en una Universidad en Estados Unidos
Debo aclarar que para ese momento yo apenas tenía 18 años y la posibilidad de estudiar en el exterior me emocionaba profundamente, era algo más allá de lo que alguna vez había podido soñar yo pensaba que por mi condición económica ni siquiera tendría capacidad de entrar a una Universidad en el país y ahora estaba ad Portas de una beca en el exterior.
La propuesta de este profesor con la promesa de estudiar en el extranjero y sobre todo el hecho de proyectar mi vida profesional me motivaba bastante, en ese momento sabía que la matemática era lo mío y que era algo que iba a hacer toda mi vida y eso me hacía muy feliz, tenía un propósito, un futuro y aquí en este punto es donde llega el día qué cambió mi vida
El susodicho profesor americano me solicitó que empezáramos a averiguar en mi carrera cuales eran los trámites necesarios para poder trasladarme a la Universidad de Memphis en Tenessi
Así que yo muy emocionado y súper motivado con todo lo que estaba pasando, fui a la oficina de la dirección de carrera de matemáticas de la Universidad Nacional a hablar con el coordinador para empezar a hacer los trámites para mi traslado, El coordinador se llamaba Francisco Caicedo, hace unos años ya que murió ostentando el honor de ser el primer doctor en matemáticas del país
Lo recuerdo perfectamente ese día, estaba sentado en su escritorio con un buso de rombos verdes y azules, fumando un cigarrillo cuyo olor siempre me pareció espantoso, usando unos lentes gruesos casi en la punta de la nariz y mirando unas hojas de papel rayado, de esas antiguas que se utilizaban para la contabilidad, me pidió seguir y que me sentara, todo ello sin levantar la mirada de los papeles que estaba leyendo, yo entretanto, muy entusiasmado, simplemente le dije que había un profesor en la Universidad de Memphis que se interesa de mí que queremos hacer el trámite para la beca en Estados Unidos, qué me dijera qué tenía que hacer ya que estaba muy motivado con la idea de irme a estudiar allá.
Por un muy breve momento levantó los ojos de los documentos, me miro de arriba abajo y volvió a bajar la mirada, en esa posición me dijo que eso era mejor no hacerlo, porque era demasiado el papeleo y que lo mejor para mi futuro era que luchará para conseguir con mis propios medios y tratará de ir a estudiar por mi cuenta sin estar buscando becas, cuando yo trate de intervenir él simplemente me dijo que estaba muy ocupado que muchas gracias por el tiempo pero que me retirara inmediatamente.
Y así fue, y salí de esa oficina muy triste, muy desilusionado porque todo lo que yo quería hacer dependía este señor y él simplemente prefirió no hacerlo simplemente porque le daba pereza, ese fue el día que cambió mi vida
Y no significaba que ya no me gustaran las matemáticas, lo que significaba era que no me gustaban algunos eminentes matemáticos, había aprendido en 2 minutos que cuando quisiera llegar a alguna parte siempre iba a encontrar obstáculos incluso en aquellos que alguna vez admire.
Y que el ostentoso título del doctor Caicedo, no lo había ganado porque le preocupara mi futuro, seguramente no se había hecho doctor en matemáticas para hacer trabajos tales como el papeleo para que un estudiante demasiado joven, incluso demasiado ingenuo o iluso, se fuera a estudiar a otro país
Luego de eso, en vez de dejarme derrotar aprendí que tenía que luchar más, y aunque no podía conseguir la beca, aprendí también que estudiar matemáticas no consistía simplemente en sacar buenas notas o bueno aprender más cosas, en adquirir más conocimientos, que el hecho de adquirirlos me permitía ayudar a los demás.
Años más tarde me gradué de matemático, ya no tan motivado, sin posibilidades ni recursos para estudiar un posgrado y menos en otro país, pero con una intención completamente diferente de lo que era mi vida a partir de ese momento.
Me prometí a mí mismo no ser un pozo de conocimiento cuya polea chirriara cuando alguien tratara de sacar algo de él, que no sólo debía ser un matemático, no voy a decir que un gran matemático, pero si debía ser una gran persona y dejar algo en el mundo más que una colección de títulos y diplomas que si no aportan a nadie son simplemente papeles.
Han pasado más de 20 años desde que me gradué de la Universidad y desde entonces me sentado al lado de amigos, conocidos, compañeros de trabajo, familiares y muchas más personas intentando hasta donde me sea posible ayudarles a resolver problemas que se encuentren dentro de mi competencia, que el conocimiento que poseo, sea poco o mucho, me haga sentir útil para aquellos que me rodean.
Mirándolo en retrospectiva, el día que cambio mi vida fue el día en que descubrí que un buen corazón es más importante que un gran cerebro
La semana pasada terminé editar un curso de modelos predictivos y antes de finalizar mi última clase compartí esta frase con mis alumnos y que ahora quiero compartir con ustedes el día de hoy:
“Todo en esta vida es pasajero, todo tiene un final, todo lo material algún día desaparecerá, sólo aquello que dejas en los demás desde un poco de alegría hasta una pequeña gota de conocimiento, son los únicos recursos que tienes para descansar la inmortalidad”
De una manera u otra esto es una invitación a quienes me escuchan, para qué se contacten conmigo, nunca sabemos quien esa persona o de que manera, alguien un día va a cambiarnos la vida.