Deuteronomio 1: La importancia de delegar.
Hoy comenzamos un nuevo libro. Vamos a estudiar varios temas familiares que ya hemos estudiado, pues en Deuteronomio se registra un recuento que Moisés hizo a los israelitas antes de cruzar y conquistar la tierra prometida. Él le describió los eventos que ocurrieron cuando sus padres estaban en el desierto, cómo rechazaron al Señor, y también les expuso con detalles la ley y ordenanzas de Dios que ellos debían seguir al pie de la letra. Aquí encontraremos detalles que no se ven en Éxodo y en Levítico.
Acompáñanos a leer este libro y a descubrir esas reflexiones bíblicas para aplicarlas a nuestro diario vivir para nosotros y nuestra familia.
⇨ Comencemos con Deuteronomio 1:5-18:
Moisés empezó a explicar esta ley en la tierra de Moab, al otro lado del Jordán, y dijo: “El SEÑOR nuestro Dios nos habló en Horeb diciendo: ‘Han permanecido bastante en este monte. Vuélvanse, marchen y vayan a la región montañosa de los amorreos y a todos sus vecinos en el Arabá, en la región montañosa y en la Sefela, en el Néguev y por la costa del mar, a la tierra de los cananeos y al Líbano, hasta el gran río, el río Éufrates. Miren, yo he puesto la tierra delante de ustedes. Entren y tomen posesión de la tierra que el SEÑOR juró a sus padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a sus descendientes después de ellos’.
“En aquel tiempo yo les hablé diciendo: ‘Yo solo no puedo cargar con ustedes. El SEÑOR su Dios los ha multiplicado, y he aquí que hoy son tan numerosos como las estrellas del cielo. ¡El SEÑOR, Dios de sus padres, los multiplique mil veces más, y los bendiga como les ha prometido! Pero, ¿cómo podré llevar yo solo sus preocupaciones, sus cargas y sus pleitos? Provean entre sus tribus de hombres sabios, entendidos y experimentados, para que yo los ponga como sus jefes’. Ustedes me respondieron y dijeron: ‘Está bien hacer lo que has dicho’. Entonces tomé a los jefes de sus tribus, hombres sabios y experimentados, y los puse como sus jefes; como jefes de mil, jefes de cien, jefes de cincuenta, jefes de diez y como oficiales de sus tribus. En aquel tiempo mandé a sus jueces diciendo: ‘Oigan la causa de sus hermanos y juzguen con justicia entre un hombre y su hermano o el forastero que está con él. No hagan distinción de personas en el juicio; oirán tanto al pequeño como al grande. No tengan temor de nadie, porque el juicio es de Dios. Pero la causa que les sea difícil la traerán a mí, y yo la oiré’. Les mandé, pues, en aquel tiempo todo lo que tenían que hacer.
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Aquí vemos varios eventos que Moisés les contó. Uno de ellos es cuando él se vio sobrecargado al ver que el pueblo crecía cada día y, por ende, los problemas y retos crecían dentro de la convivencia. Este evento está descrito con más detalles en el libro de Éxodo 18. Puedes escuchar la reflexión de este capítulo este devocional.
Esto me hace reflexionar que, como padres, debemos trabajar unidos para desarrollar las funciones cotidianas dentro del hogar. A veces tenemos la tendencia de querer hacer muchas cosas y tomar todas las decisiones, y esto trae una gran sobrecarga sobre el padre o la madre, y las consecuencias son frustraciones, estrés y aspereza.
Debemos, poco a poco, delegar tareas del hogar a nuestros hijos, y permitamos que ellos comiencen a tomar decisiones pequeñas. Esto les permitirá desarrollar el sentido de liderazgo, de responsabilidad, también adquirirán conocimiento y experiencia, y no se sentirán excluidos del desarrollo de la familia sino que tendrán ese sentido de pertenencia dentro del hogar. ¡Como padres nos vamos a sorprender de las capacidades que nuestros hijos tienen y que pueden desarrollar!
Este principio también se aplica cuando estamos dirigiendo un grupo de personas que están bajo nuestro liderazgo en el lugar de trabajo o en la iglesia o en algún ministerio.
Si...