Damos gracias a Dios por la palabra que nos trajo el Pastor Juan Terranova. Les dejamos la prédica que nos compartió de parte de Dios, en su visita a nuestra iglesia.

Oramos para que sea de mucha bendición para quienes la escuchen y también los invitamos a que puedan compartirla con otras personas para ser de bendición para otros.

Habitualmente se habla del Bautismo como una ceremonia eclesiástica y relacionada con la vida institucional de la Iglesia o religión. Pocas veces tomamos en cuenta que el bautismo es mucho más que eso, el bautismo es más personal que institucional, es la representación en vivo del inicio de una nueva manera de caminar junto con Cristo. No es casual que el término bautismo tenga su etimología en sumergir. La palabra bautismo que usamos en castellano, es una transcripción casi literal de la palabra griega “BAPTIZO”. Esta palabra griega, es un vocablo compuesto por dos partes: “BAPTO” e “IZ” que significan lo siguiente: “BAPTO”: “Sumergir o hundir algo o alguien en un líquido”. “IZ”: “Es una sílaba que se usaba para dar a entender la idea de: Hacer que algo o alguien lleve a cabo la acción del verbo”. Uniendo las dos partes de la palabra BAPTIZO, el significado vendría a ser: “Que algo o alguien sea sumergido en un líquido.

Veremos en esta reflexión, qué sumergimos y qué emerge en esta representación

A lo largo de 5 domingos hemos estado viendo la importancia de ordenar cada área de nuestra vida. Dios nos enseña a hacerlo de la mejor manera, dándonos el camino y la manera en que debemos hacerlo. Una vida ordenada o desordenada posee las mismas características que cualquier espacio ordenado o desordenado. En algún momento tenemos que decidir qué hacer con ese espacio. En muchas oportunidades decidimos hacer orden enviando cosas al galponcito del fondo o acomodando las cosas en otro lugar, pero pocas veces decidimos hacer orden poniendo las cosas en su verdadero lugar o decidiendo tirar aquello que ocupa lugar y no sirve. Debemos aprender a hacer orden en nuestra vida para ser felices y no andar por la vida siendo acumuladores seriales de cosas que no nos agregan valor.

Proverbios 20:18 Los pensamientos con el consejo se ordenan; Y con dirección sabia se hace la guerra.

Los pensamientos son las ideas formadas por la mente. Mejores o peores, todos tenemos ideas formadas por nuestra mente. Algo que uno escucha seguido es “mi mente no para, no sabes a la velocidad que van mis

pensamientos”. Cuando seas capaz de reconocer en qué trabaja tu mente todo el tiempo, podrás poner orden en tus pensamientos.

¿Qué ponés en primer lugar dentro de tu mente? ¿Los buenos pensamientos o aquellos que te van limando y enfermando por dentro?

¿En qué lugar ponés aquellos pensamientos que te hacen bien y con los que Cristo te enseña a pensar?

Nuestra mente es un depósito infinito de pensamientos que determinan nuestra conducta y emociones. La definición de la palabra Pensar es: Formar ideas y representaciones de la realidad en su mente, relacionando

unas con otras.

Ordenemos nuestros pensamientos de acuerdo con lo que Cristo nos enseña y dejemos que el gobierne nuestra mente.

Filipenses 4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en ESTO PENSAD.

Qué importante es hacer orden en nuestra vida espiritual. En varias ocasiones queremos ordenar nuestro hogar, emociones, finanzas, sin poner en primer lugar lo

más importante que es nuestra relación con Dios. Clave en la vida es empezar por el principio. Cuando ponemos en último lugar lo importante, deja automáticamente

de serlo. Pasa lo importante al último lugar. ¿En qué espacio ponemos nuestra relación con Dios? ¿Tenemos esa caja guardada en algún armario y sólo la buscamos cuando la creemos necesaria, o está efectivamente en el centro de nuestra vida para que no perdamos la oportunidad de verla y disfrutarla? Veamos juntos la importancia de ordenar nuestra relación con Dios.

El gran proveedor es Cristo, a través de Él podemos sentirnos cubiertos frente a toda necesidad. No sólo nos provee lo necesario para vivir, sino que entre sus promesas nos promete que nos dará aún mucho más abundantemente de lo que podemos estar necesitando. Cuando vemos estas promesas de Dios y las contrastamos con la realidad actual parecería una ingenuidad creer en ellas, pero Dios desafía las realidades. El hombre

vive pensando qué hacer hoy para no sufrir ninguna necesidad tanto en el presente como para el futuro. Incluso, estamos pendientes de cualquier necesidad que pueda tener un ser querido. El suplir las necesidades propias y de nuestros seres queridos nos ocupa y preocupa, sin embargo, tendemos a poner en primer lugar estas preocupaciones sin darnos cuenta que nada de esto está bajo nuestro control. EL orden de prioridades está mal, ordenamos nuestras finanzas bajo nuestra lógica y no bajo la lógica de Dios. Veamos en qué orden debemos poner nuestra economía.

Hoy más que nunca debemos estar muy atentos a lo que Satanás está haciendo con los hogares. Hogares destruidos son sociedades destruidas. El diablo odia el concepto de familia ya que sabe muy bien que, destruyéndola, destruye el carácter, alma y futuro de las personas. Por lo tanto, destruye la sustentabilidad moral, ética y espiritual de las naciones. Tener una familia ordenada nos asegura una vida y un futuro ordenado. Es vital ordenar nuestro hogar.

Por eso veamos juntos algunos puntos para comprender mejor el tema.

La vida no la podemos imaginar sin emociones. Cada vivencia que te toca inevitablemente te genera alguna emoción.

La emoción es el significado que le damos a una situación que transcurre en el exterior, es decir: situación exterior + significado interior = emoción. Por ejemplo, La empresa en que trabajo se traslada a Siberia. El significado que yo le doy es “me quedo sin trabajo”, y la emoción que surge en mí, es miedo. Si le doy el significado de “ahora es el momento de hacer mi emprendimiento e independizarme”, la emoción que surge es alegría. La emoción varía en función del significado que le doy a la situación exterior.

Cuando no logramos gestionar y ordenar nuestras emociones correctamente, nuestro sistema interno se satura porque el estrés emocional es demasiado

elevado, y se pone en funcionamiento una solución biológica de emergencia para aliviar ese estrés. Comenzás a enfermarte en la mente, el cuerpo y el alma.

Los psicólogos han descrito una serie de emociones llamadas primarias en 6 emociones básicas. La palabra de Dios nos habla de nuestras emociones y nos

enseña a transitar la vida con ellas dado que son parte de nuestra vida, y con las que vamos a tener que convivir siempre.

Estas emociones básicas son: El miedo, El asco, la alegría, la tristeza, la ira y el amor.

Veamos juntos cómo empezar a poner en orden nuestras emociones.

¿Cuál es la diferencia entre el orden y el desorden?, ¿por qué es necesario realizar orden y mantenerlo? Muchas veces nos hacemos estas preguntas, y probablemente, no nos la hagamos, pero vivimos sin darle importancia a este tema.

La palabra de Dios nos habla en reiteradas oportunidades sobre la importancia del orden y en esta oportunidad nos vamos a detener porque es necesario hacer orden

en nuestra vida. Tener nuestra vida ordenada.

Cuando hablamos de perdón tendemos a pensar en aquellos que nos hicieron algún mal y no podemos olvidar aquella acción que nos hirió, también se nos viene a la mente gente que hemos dejado de tratar a causa de sus actos/palabras hacia nosotros, pero pocas veces miramos hacia nuestro interior pensando en cuanto debemos perdonarnos para poder perdonar. Cuando nos enseña Cristo el perdonar a otros, comienza con nosotros, no con

nuestro prójimo.