Este ejercicio de meditación está pensado para calmar la mente en pocos minutos. A través de una relajación previa, nos vamos adentrando en una visualización que nos ayuda a colocarnos en nuestro centro, activando al observador interior. Desde ese lugar sereno, nos hacemos testigos del movimiento externo de la vida, pudiendo permanecer en quietud.
Te propongo que lo realices tumbada o con la cabeza apoyada, para poder entregarte con suavidad a la relajación guiada y facilitar así esta experiencia. Déjate llevar con confianza a ese espacio profundo de quietud y calma.