Cuando era niño, recuerdo que al despertar, siempre encendíamos la radio para escuchar las noticias del día. Muchos años después, viviendo en Santiago de Chile, comencé a hacer lo mismo. Lo curioso es que no me di cuenta de que estaba repitiendo un patrón aprendido en mi infancia. Ahora, siendo más adulto y consciente, me resisto a consumir noticias de forma constante y solo presto atención a lo que realmente considero relevante.
Me tomó años liberarme de ese patrón, de ese paradigma...
Ya he hablado antes sobre los paradigmas, un modelo útil para entender cómo vivimos: nos acostumbramos a algo, lo convertimos en un modelo y lo aplicamos a todo lo que hacemos. La fórmula es simple: lo que encaja en el modelo, lo aceptamos; lo que no, lo rechazamos.
Sin embargo, no siempre es tan fácil. A menudo encontramos situaciones que no encajan completamente en el modelo ni están completamente fuera de él. Por eso, intentamos adaptarnos, o como en mi caso con la radio, terminamos reviviendo un paradigma a pesar de las diferencias: ya no era un niño, vivía en un mundo distinto, hablaba otro idioma...
Ahora, ampliemos la mirada hacia el mundo en el que vivimos. Este macro se siente más pequeño debido a la intensa globalización, una mezcla de política, sociedad, economía y ecología. Aunque parezca algo externo a nosotros, somos parte de este sistema, y nuestro micro personal también influye en el macro. En la visión holística, se trata de una relación interconectada: el sistema afecta a las partes, y las partes al sistema.
Esto significa que los paradigmas globales también nos afectan, aunque no siempre lo notemos. Hoy quiero hablar de dos grandes paradigmas que han marcado nuestra forma de vivir, incluso si no éramos conscientes de ellos.
Primero, está el paradigma del entorno VUCA, que implica un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo. Un modelo que refleja un mundo en constante cambio, y sobre el cual hablé en otro post.
Luego, surge su sucesor: el BANI (o FANI). Este describe un mundo Frágil, Ansioso, No-lineal (o ilógico) e Incomprensible.
¿Entonces, cómo vivimos ahora bajo este nuevo paradigma?
Antes de entrar en pánico (¡mira, el BANI tiene razón!), hay tres cosas importantes que debemos entender sobre los paradigmas:
1. No son leyes, son modelos.
Los paradigmas ofrecen guías generales, pero hay muchas excepciones, adaptaciones e interpretaciones. No tenemos que vivir el paradigma; en realidad, al ser conscientes de él, podemos evitar su lado negativo.
2. No desaparecen de inmediato.
El VUCA no ha sido desplazado por completo. Sigue vigente en muchos contextos, y algunas personas no experimentan ni VUCA ni BANI, sino pequeñas disrupciones (a quien considero la madre de estos paradigmas). Esto significa que el impacto del mundo no siempre se siente de la misma manera para todos.
3. El impacto es relativo.
Lo macro y lo micro funcionan de forma diferente según la perspectiva. Por ejemplo, una mejora económica puede beneficiar rápidamente a los niveles altos de una sociedad (ballenas y tiburones), mientras que los niveles más bajos (truchas y cangrejos) pueden tardar años en percibir estos beneficios. De manera similar, el mundo puede estar en VUCA o BANI, pero sus efectos en ti podrían ser mínimos o confundirse con cambios naturales en tu vida.
¿Y ahora qué? ¿Cómo vivir en un mundo BANI? Será el tema para otro episodio...
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