Hace mas de 70 años, el 4 de abril de 1953, Pravda publicó una destacada declaración de Lavrenty Beria, el infame jefe de la policía secreta de Stalin, en la que exoneraba a nueve médicos soviéticos (siete de ellos judíos) que habían sido acusados anteriormente de «naufragio, espionaje y actividades terroristas contra los dirigentes activos del Gobierno soviético». El pueblo soviético, especialmente los judíos, se quedaron estupefactos al enterarse de que, apenas un mes después de la muerte de Stalin, los nuevos dirigentes admitían que las acusaciones habían sido totalmente inventadas por Stalin y sus seguidores. Siete de los médicos fueron puestos inmediatamente en libertad, dos de ellos ya habían muerto a manos de sus carceleros.