La relación santa parte de una premisa diferente. Cada uno ha mirado dentro de sí y no ha visto ninguna insuficiencia.
Al aceptar su compleción, desea extenderla uniéndose a otro, tan pleno como él.
No ve diferencias entre su ser y el ser del otro, pues las diferencias sólo se dan a nivel del cuerpo.
Por lo tanto, no ve nada de lo que quisiera apropiarse.
No niega su propia realidad porque ésta es la verdad.