Dentro de muy poco tiempo, en unos cinco años, habrá más máquinas que personas hablando español. Unos 700 millones, según algunos cálculos. El problema es quién ha enseñado a esas máquinas a hablar nuestro idioma, cómo lo utilizan, y, sobre todo, la influencia que tienen. Puede que en la próxima generación haya niños con acento Alexa y otros con acento Siri. El tema no es ninguna broma, y por eso ha sido una de las cuestionas tratadas en el Congreso Internacional de la Lengua que esta semana se ha celebrado en la ciudad de Córdoba.