A la memoria de Manolo Cruz Avilés.
“ No puede borrar la muerte
tu sonrisa plácida en la tarde
ni podrá el tiempo hacer olvidar
tu voz de intenso timbre y donaire.
No pueden borrar los días
tus versos de verde trigo
que en la ribera del río buscan serenarse,
como no puede acallarse el canto de las aves,
que de bermejos tonos tiñe la tarde,
como no puede ser menos grácil el vuelo
de las golondrinas que a tu balcón acudían a deleitarte.
No podré olvidarte nunca,
en tus ojos el alba iluminaba tus palabras
que, eternas, tornaban al nombrarse.
En el prado atardecido de poesía
dibujabas el horizonte andaluz que soñaste.
En el cielo me acompañas,
por siempre, recuerdo imborrable,
un corazón que centelleaba con el verso
y se estremecía con el perfil perfecto
de una copla vertida al aire.
La herencia es tu exacto lenguaje
que ha encontrado en la Belleza
la poesía como expresión de un linaje,
hogar de nuestra Esencia,
el don de nuestra sangre.
Ha muerto el poetas más importante de mi vida, mi tío Manolo Cruz, locutor de radio y poeta incansable, admirador, como yo, de Lorca y de la naturaleza, dones estos que heredamos de nuestro linaje: Los Cruz. Es por eso que, aunque mi nombre artístico es Seda ( algo que, ajeno a mí, se me regaló como un nuevo comienzo) conservo mi primer apellido. De él bebo, por él brillo.
Heidegger, el filósofo alemán del SXX que centró su estudio en la existencia humana y la historia del Ser , dijo que el lenguaje es a un tiempo la casa del Ser y la morada de la esencia del hombre. No puedo estar más de acuerdo con esta afirmación. Cuando pienso en mi tío recuerdo cómo él al nombrar las cosas mediante el verso no solo las hacía existir sino vibrar y elevarse.
Mi tío Manolo nombró las cosas ( o entes para la filosofía) con la ternura infinita que inspira la alegría de vivir. La Belleza era su causa, como es la mía. Un ideal que hoy en día ha sido desplazado por la querencia al tener, al hacer, a los entes mundanos que distraen de la verdadera y maravillosa aventura de existir y vivir desde el Ser.
Por eso mi tito se murió cuando esa fuentecilla que es la poesía se quebró en sus ojos un día. Y desde entonces, sin verla, se fue despidiendo muy despacio del mundo, de las cosas. Sin embargo, la búsqueda de la Belleza nunca le abandonó. La poesía tampoco. Estas dos amantes infatigables siempre tejieron en sus manos un calor de hoguera que caldeaba la morada de su corazón andaluz. Un corazón de verdadero poeta.Un corazón eternamente enamorado de la poesía. Un corazón que ahora vierte sus versos al infinito.
Tema musical: Forest Walk de Alexander Nakarada | https://www.serpentsoundstudios.com
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