Cómo definirnos a nosotros mismos y cómo Jesús respondería a la pregunta “¿quién eres?”. El autor, Danilo Montero, enfatiza que nuestra identidad principal debe ser como hijos de Dios, intensamente en la historia de cómo Dios envió a Jesucristo para redimir a la humanidad. Ser hijo de Dios implica pertenecer a Él, tener su amor incondicional, ser herederos de sus promesas y vivir en un lugar de seguridad y paz interna.

El enemigo, representado por el diablo, intenta hacernos dudar de esta identidad y nos tienta con ideas mentirosas para desviarnos de nuestro propósito y lugar como hijos de Dios. Jesús enfrentó las mismas tentaciones, pero las venció recordando lo que su Padre decía de Él.

El mensaje central es que debemos valorarnos y definirnos por nuestra identidad como hijos amados de Dios, en lugar de basar nuestro valor en lo que logramos, tenemos o en las opiniones de otros. La invitación es a creer en lo que Dios dice de nosotros y mantenernos firmes en esa verdad.