Su vida, en sus quehaceres laborales y vocacionales, transita de manera entretenidísima, gratificante para él y para quienes reciben su mensaje, sembrador tanto de conocimientos científicos como de arte. Porque Alberto Rojo es doctor en física, con actividad académica, investigativa y de divulgación; y es guitarrista, arreglador, cantor, letrista. Une sus dos pasiones, por caminos compartidos con Mercedes Sosa, Charly García, Pedro Aznar; y con Gerald Mahan y Anthony Leggett (premio Nóbel de física de 2003). Un talento.

Multipremiado por su trayectoria, extrañado por sus seguidores ante tanto tiempo fuera de los sets, Adolfo Aristarain se aferra a una de sus predilecciones: leer y escribir, porque la literatura lo signó desde chico, lo acompañó durante su adolescencia, junto con los cómics y el séptimo arte. Después, su rigor en el aprendizaje del oficio, sus años formativos en Europa, su instinto y la cultura del trabajo lo proyectaron como un cineasta de obras de gran calidad, de esas que no se borran con el tiempo como, por ejemplo y entre tantos otros films, “Un lugar en el mundo”.

Emergió con asombrosa solidez interpretativa a pesar de su timidez juvenil y pudo ponerse en la piel de personajes totalmente alejados de su propia idiosincrasia. En el fondo de su alma, en Mercedes Morán, había una mujer luchadora, y de fibra artística, que la llevó a ser la inolvidable Roxi, de “Gasoleros”, y primera figura en los ciclos teatrales y televisivos de mayor envergadura de los últimos años. Galardonada en cuatro oportunidades con el Premio Martín Fierro y otras tantas distinciones, acaba de recibir el Florencio Sánchez por su actuación en la obra de teatro “Buena Gente”.

Se siente joven, aunque por la dinámica de los tiempos, quisiera tener menos años que sus 70 y pico para disfrutar más del kirchnerismo que lo indemniza de anteriores desasosiegos. Autor de obras como Sucesos argentinos, Los Muertos, El final de la calle, Gutiérrez a secas, varias de ellas premiadas. Se fue a España en 1973 y no volvió hasta 1984 por la dictadura. Allá alumbró el Libro de todos los engaños, en Barcelona, y Siroco, en Canarias. Es miembro de Carta Abierta y lucha, desde la SADE, por una ley sobre derechos del escritor a una jubilación.

Cantautor que alternó sus residencias entre Buenos Aires y Madrid, donde alguna vez llegó para grabar un disco disparador de su carrera, además de resultar, con el tiempo, su refugio de exiliado. Este hombre de voz entonada y verbo propio, tan poético como contestatario, así va por la vida, con sus emociones altas de haber compartido escenario con grandes como Mercedes Sosa, Troilo o su gran amigo Alberto Cortés, con su trayectoria, hecha a puro pulmón, dignidad, letra y música de sus entrañas.

Encara su actividad con una regla de oro, inspirada en la experiencia y consejos de su padre: “No a empresarios ricos y empresas pobres”. Carlos Rottemberg creció vocacionalmente, desde su pre adolescencia, como productor de emprendimientos artísticos, originariamente exhibidor cinematográfico, luego teatrista todo terreno y full time. Preside la Asociación de Empresarios Teatrales, es premio Konex en su especialidad. Buena parte de la enorme cantidad de espectáculos que se montan en Buenos Aires están impulsados por este perspicaz intérprete del público argentino.

Batero de Almendra, nada menos, fundador también de Aquelarre y varios grupos más, Rodolfo García es, en el devenir de su trayectoria, un productor artístico de espectáculos centrados en el rock, género que lo identifica como uno de quienes participaron desde su alumbramiento, y con su propia idiosincrasia, en nuestro país. En ese aspecto, se destaca lo que presenta en el mítico escenario de La Perla, en el barrio de Once. Todo eso, y quizá más que eso da marco a esta charla con alguien que cuenta, de primera mano, anécdotas que pintan cabalmente la conducta, ideario y grandeza de Luis Alberto Spinetta.

Desde sus esencias camperas, nunca abandonadas en su tránsito por el mundo urbano, recorre su vida desde la adolescencia, con originaria vocación por el dibujo, su derivación hacia la escultura, y luego su anclaje en la actuación como su oficio irrefrenable, existencial, para siempre. La charla transcurre con el encanto de su rica oratoria, de signo realista, y enfática en su raíz contestaria. Este gran actor argentino, adorador del teatro y baqueano del cine, triunfador también en España, habla del arte de la interpretación, pero también de la obra del actual Gobierno Nacional y de la que cultivan otros, los de la política chica.

Su carrera siempre se orientó hacia la implementación de políticas púbicas de salud con una sostenida militancia política. Su compromiso comenzó desde su juventud, con su militancia con los Padres Palotinos en la Parroquia de San Patricio, en el área social, y después lo hizo en la Juventud Peronista. Médico personal de Néstor Kirchner, su vocación se ha cristalizado en diversos cargos y especialmente como director del Hospital Argerich, del que fue desvinculado por su insobornable actitud condenatoria de los desvíos presupuestarios.

Esta mujer esbelta, modelo en su adolescencia, actriz, desde los 18, tiene un prestigioso recorrido en la actuación. Encarnó heroínas de Alberto Migré, protagonizó ciclos emblemáticos de Alejandro Doria, como “Nosotros los miedos” o “Atreverse”. Anhela volver a los sets cinematográficos, donde se destacó en “Gracias por el fuego” y “No habrá penas ni olvido”. Pero su figura y hondura interpretativa se afincaron sustancialmente en el teatro: fue una de la Troyanas, compartió el éxito de “Brujas” y llevadó a escena “Diatriba de amor contra un hombre sentado”, escrita para ella por Gabriel García Márquez. Ahora protagoniza “La mujer justa”, que preludia otros proyectos en ciernes de esta artista ampliamente laureada.