El presidente Pedro Sánchez anunció que llevará al próximo Consejo de la Unión Europea una controvertida propuesta para eliminar el anonimato en las redes sociales, exigiendo la implementación de la identidad digital obligatoria para todos los usuarios. Sin embargo, esto plantea una seria amenaza a los derechos fundamentales, ya que el anonimato ha sido históricamente un elemento crucial para la libertad de expresión y la democracia, tal como lo subrayó el Tribunal Supremo de los Estados Unidos al definirlo como "un escudo contra la tiranía de la mayoría". Explicar esto en televisión no es sencillo y en gran medida todo el mundo aplaude el anuncio de Sánchez sin pensar lo que supone esto contra la privacidad. La eliminación del anonimato, disfrazada de una búsqueda de mayor seguridad, amenaza con desmantelar la privacidad, un derecho que garantiza la libertad individual. Al permitir que las comunicaciones digitales sean vigiladas bajo el pretexto de proteger a la sociedad, se abre la puerta a formas de censura que recuerdan a regímenes autoritarios. George Orwell advertía que "no hay seguridad sin privacidad", y eliminar esta última no solo es un grave error, sino que crea una falsa sensación de protección mientras se erosionan las libertades civiles.

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