Marta Esquivel llegó a la Asamblea acompañada de dos funcionarios de la Unidad Especial de Intervención (léase: los que entrenan para combatir terrorismo y narcotráfico). El gesto, evidentemente, ofuscó a diputadas y diputados, que reaccionaron con malestar, pues encima todo el show terminó con una escaramuza cuando la prensa intentó acercarse a la jerarca. Además, desde inicios de semana vecinos de Goicocehea, Moravia y Tibás reportaron que el agua sabía a gasolina y olía a gasolina... y ayer, finalmente, el AyA confirmó contaminación de agua con hidrocarburos... 

 Ayer, visiblemente molesto por la polémica en torno al gas natural Chaves terminó desahogando su frustración lanzando innecesarios ataques, una vez más, contra doña Marta Acosta Zúñiga. Lo irónico es que mientras insistía en basurearla al suave, también decía que la confrontación ha sido “sincera, honesta, respetuosa y pública”. Y diay no, de insinuación en insinuación se ha pasado tres pueblos innecesaria y gratuitamente.

Ya ven, lo que decíamos ayer. A veces, cuando el río suena, piedras trae. Resulta que don Roberto Dobles Mora (exministro de Ambiente y Energía) se reunió con jerarcas del actual gobierno, una directora de Recope y funcionarios del Ministerio de Petróleo y Energía de Noruega, según dio a conocer La Nación. Mientras tanto, sigue la temporada de vacas flacas para Nogui Acosta Jaén, ministro de Hacienda, porque la bromita del TikTok sigue generándole contratiempos. 

La noticia del día claramente fue el reportaje que publicó La Nación sobre el exministro de Ambiente, Roberto Dobles Mora, denunciando que tras su gestión (2006-2009) pactó con una petrolera gringa millonarias ganancias si se extraía crudo de Tiquicia, además de una jugosa mensualidad por hacer el cabildeo en el país.

El dólar se sigue desplomando a paso firme y el rollo en redes sigue siendo el mismo que hemos atestiguado desde que arrancó el asunto en el 2022. Un montón de gente feliz, un montón de gente angustiada, otro montón de gente peleando, el Banco Central diciendo que todo tranqui y cada vez más economistas (sorprendentemente de diversas escuelas e ideologías) coincidiendo en que no todo tan tranqui. 

Alguien anda filtrándole papeles a la Presidencia. A ver, cualquiera con dos dedos de frente tiene semanas de medir el “plan” del Ejecutivo de poner en mal a la Contraloría y aplicar el “no nos dejan gobernar”, etc. Digamos, ha sido una retórica reiterada y sostenida por meses ya.  Sin embargo, ayer se dio a conocer un documento de Presidencia en el que específicamente le solicita a presidencias ejecutivas y ministros que le hagan llegar un reporte de los casos “en los que la Contraloría haya intervenido de alguna manera y que, según su criterio, haya impedido u obstaculizado su materialización”.

El sesgo de confirmación es nuestra tendencia a buscar o interpretar información que respalde nuestras creencias, expectativas o hipótesis preexistentes. Si alguien quiere pensar que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) actúa de forma caprichosa y dictatorial, incluso frente a clara, concreta y contundente evidencia que le demuestre lo contrario, optará por decantarse por cualquier argumento falaz que le valide lo que ya decidió creer. 

Me sorprendería cero que inspirado por la gran película The Holdovers (Los que se quedan) Christian Bulgarelli Rojas haya decidido leerse Meditaciones de Marco Aurelio estas vacaciones. Durante su comparecencia, ayer en la Asamblea Legislativa, su tono estuvo lejos del que le vimos cuando publicó aquel video en agosto pasado. Entonces, de brazos cruzados, se dirigió de forma desafiante (y francamente condescendiente) al diputado Ariel Robles Barrantes. Ayer en cambio, vimos a una persona segura de sí misma pero madura, resuelta y clara en que no anda buscando sacudir panales. 

Hablando de descaros nivel Dios, luego de que la junta directiva de la Caja decidiera acatar la instrucción de la Contraloría y ajustar el salario de la presidenta ejecutiva (Marta Esquivel Rodríguez) la jerarca dejó claro que no piensa aceptar la medida.

 No había ni llegado a casa y ya brincaban en mi teléfono las notificaciones del ataque perpetrado ayer contra el dirigente opositor nicaragüense Joao Maldonado y su esposa, Nadia Robleto, en la calle principal de San Pedro de Montes de Oca, a las 11 de la mañana.