Dos acongojantes comparecencias se registraron ayer, la de Remi Osman Mucondo y la de Yafit Ohana Beladel. Es imposible resumir el nivel de congoja atestiguado en ambos espacios, muy especialmente en el de doña Yafit; esa es una visita al Congreso que difícilmente olvidaremos tras el espectáculo registrado.

 No tenemos cómo saber qué motivó a la exministra de Comunicación, Patricia Navarro Molina a finalmente hablar con los medios (en este caso con La Nación) y contar su verdad.  Puede ser, ¿por qué no? que haya colaborado todo lo sucedido en torno a la ex presidenta ejecutiva del Patronato Nacional de la Infancia, Gloriana López Fuscaldo, quien fue “renunciada” el mismo día en que CR Hoy publicó una noticia titulada Estudio de mercado del PANI frenó intención de Sinart de obtener pauta por ¢100 millones. En el contexto de lo que explicamos en el reporte de ayer (en resumen: la orden a todo el mundo de bretear con Sinart) que el PANI intentara resistirse a ese lineamiento era claramente inadmisible. Ese mismo día le pidieron a López Fuscaldo su renuncia. 1+1=2. 

Hablemos del elefante en la habitación. CR Hoy y La Nación vienen haciendo hace semanas de semanas un brete sólido y constante siguiéndole los pasos a todas las movidas del Caso Sinart. He esperado con paciencia el momento oportuno de entrarle a fondo al tema. No es este ese momento (además el asunto es complejo, extenso y de múltiples aristas), pero hay que irlo introduciendo. 

En el reporte de ayer les decía que a mi criterio el tema de la polémica entre el Central y la Sugef ameritaba más atención. Pues vaya que la recibió ayer, luego de que el Central convocara a una conferencia de prensa para defender su posición. En resumen, alegaron que la Ley del Sistema de Estadística Nacional (Ley 9694) los habilita a acceder a la información, manteniendo la confidencialidad de los datos y para utilizarla con fines estadísticos. Si bien esa argumentación de legalidad es de recibo, voy a subrayar los problemas que encuentro con este tema hasta ahora... 

Como lo único que al costarricense le importa más que la Sele es el carrito el tema hoy por hoy es el marchamo. Pero a mí me parece que EL tema ahora mismo debería de ser el desmadre con el Banco Central (¿qué ha pasado contigo hermano?) pidiendo la información que pidió y luego tirándosele con todo a doña Rocío Aguilar Montoya, superintendenta de Entidades Financieras, a quien no culparé el día en que decida mandar a este país por un caño porque una y otra vez le han tratado como si no fuera una de las pocas personas decentes que nos quedan en la función pública. 

Simpática casualidad. Ayer cerré dejando bien claro que considero que toda la hablada de “nueva forma de hacer política” que utilizó el partido taxi de Chaves durante la campaña fue eso, una hablada. Ya hemos estado aquí mil veces. Una nueva fuerza política se presenta como un “cambio” y termina incurriendo en todo lo que criticó. Luego siempre encuentra alguna excusa, como cuando Solís dijo “No es lo mismo verla venir que bailar con ella”.

Evidentemente, el momento noticioso del día de ayer fue el allanamiento del bufete Lexincorp, cuyo socio fundador es el actual canciller, Arnoldo André Tinoco. En campaña, Tinoco era uno de los administradores del famoso fideicomiso Costa Rica Próspera, desde el cual se supone se gestionaron pagos de campaña en modalidad de “estructura paralela”, a espaldas del TSE.

No tengo pruebas pero tampoco dudas de que la gente está tan cansada que cualquier excusa es buena para prolongar un respiro. Como sea, tratándose de un martes “a medias” la agenda noticiosa estuvo ralita y por eso hoy les estoy reciclando descaradamente datos de la OCDE. 

Jornada relativamente tranquila la de ayer jueves. Repasemos rápidamente un par de noticias... 

El Ministerio de Educación Pública (MEP) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED) presentaron el programa Bachillerato para la Empleabilidad y el Emprendimiento. Además, hoy quiero rescatar a dos mujeres costarricenses que me parece merecen toda nuestra atención y reconocimiento: María del Carmen Rojas Guzmán y a Helena Téllez Blanco.