El libro de Daniel nos invita a tener perspectiva de futuro y de eternidad y visualizar la gloría de Dios, a partir de la cual podemos leer nuestro presente y comprender el plan de Dios y cuán cerca o lejos estamos de realizarlo, pues solo desde una visión espiritual es posible. El evangelio también nos remite a experimentar lo eterno y espiritual desde nuestro hoy, con los ojos puestos en ello y los pies en nuestra historia, sabiendo que los ángeles, servidores de Dios, nos protegen. ¡Señor, que tus ángeles se sientan acogidos por nosotros!