El libro del Eclesiástico nos muestra cómo debe ser nuestra vida como creyentes, sobresaliendo la humildad y sencillez en nuestro trato con Dios y con los seres humanos. Pablo, dirigiéndose a los filipenses, también nos enseña a poner a Cristo como criterio de nuestro ser y actuar, solo así seremos sus testigos y anunciadores. El evangelio insiste en asu¬mir aquello que el mismo Jesús optó: lo humilde, lo pobre, lo pequeño, pues es solo desde allí que podemos ser constructores del Reino. ¡Señor y Maestro, gracias por el testimonio de Rosa, que como laica vivió en plenitud tu Palabra, y amo con intensidad.