Hay álbumes y canciones llamadas a ocupar la agenda
social. No son mejores ni peores, pero lo que sí que son es necesarios. En ese
catálogo de álbumes-manifiesto nos encontramos con “CORPO SEM JUÍZO”, el flamante
debut de la artista y activista trans brasileña Jup do Bairro, una
suerte de mujer del neo-renacimiento: educadora, estilista, performer, dj,
productora de eventos, corista, presentadora de televisión y, por supuesto, uno
de los altavoces más necesarios a la hora de romper con binarismos y pautar
narrativas que trasciendan los cuerpos.
Precisamente esto último es lo que articula el discurso
de su álbum debut. Y es que Jup do Bairro, como ella misma afirma, utiliza
su cuerpo, “el de una travesti gorda, negra y periférica”, que se coloca en el
centro de una batalla social acerca de los estándares de cómo tienen que ser
los cuerpos, las estéticas y los géneros en un país como el suyo, Brasil,
en el que las minorías, y concretamente el colectivo LGTBIQ+, ha tenido que
volver a alzar la voz para romper con el discurso de odio y caciquismo de Jair
Bolsonaro.
No es que haya explícitamente un mensaje político en “CORPO
SEM JUÍZO”, pero Jup do Bairro nos presenta una suerte de tesis-manifiesto
sonoro en el que todo gira en torno a la liberación de los cuerpos. Lo hace
junto con otras figuras del activismo LGTBIQ+, como referentes del trans-pop
brasileño como Deize Tigrona o su compañerx Linn da Quebrada (con quien presenta
un programa de televisión, pero a quien también acompaña habitualmente en
directo como corista), con iconos del queer rap como Rico Dalasam; con
referentes de la cultura brasileña con mayor conciencia social, como la escritora
Conceição Evaristo; e incluso utilizando un audio de Theusa Pasarelli, una
joven estudiante de Río de Janeiro que se dedicaba a “problematizar cuerpos
extraños”, y que fue asesinada en 2018.
Lo que la artista paulista consigue en este debut es
crear una narrativa repleta de conciencia y liberación, articulada a través de
estas voces que la secundan, de su propia experiencia desde un cuerpo
constantemente juzgado, y en un momento sociopolítico especialmente delicado y
problemático. Y lo hace con un sonido que nos remite a referentes que van
desde M.I.A. y Santigold a Peaches o Tune-Yards. Especialmente
recomendables su acercamiento al sonido rock de Elza Soares en “PELO AMOR DE
DEIZE”, su manifiesto after-rap “LUTA POR MIM” y su resignificación del “ALL
YOU NEED IS LOVE” en esa suerte de favela-funk hipersexual, ultrabailonga y
manifiestamente necesaria.
Alan Queipo