Share Reflexión diaria del Evangelio por el P. Luis Zazano
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By Misioneros Digitales Católicos
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Los ángeles nos protegen
1) Ser pequeños: Nunca te olvides de esto, el que conoce a Jesús no busca grandezas y puestos, no busca reflectores para sí ni tampoco quiere ser la estrella; quien conoce a Jesús vive en esa pequeñez que solo Dios regala. Ser pequeños es saber que Dios es tan grande que lo abarca todo y nos colma con su amor.
2) No despreciar: Cuando se conoce a Jesús el corazón se abre de par en par, tu corazón se ensancha. Los cristianos no despreciamos, sino más bien buscamos hacer el bien sin mirar a quién y recordamos que todos somos hijos de Dios. Esa es la mayor grandeza. Es por ello por lo que toda persona es única e irrepetible, porque toda persona vale.
3) Los ángeles: Hoy es el día de los Ángeles custodios, aquellos quienes nos cuidan día a día y segundo a segundo. Hoy forja esa relación con tu ángel de la guarda y sabe que Dios te ama tanto, tanto, que quiere cuidarte en cada momento y dispone de los suyos para vos. Imagínate eso. Dios quiere que todos se salven y estén con Él, vos ¿querés estar con Jesús? Porque Dios te pone todas las posibilidades para que puedas irte al cielo. Nunca lo dejes de pensar. Algo bueno está por venir.
El anuncio es de todos
1) Nuestros: Parece que quien piensa distinto a mí es mi enemigo y que quien no pertenece a mi grupo es de menor categoría. Recuerdo cuando era seminarista. Si vos decías que venías de tal movimiento, te rotulaban, te marcaban. Por tanto, uno tenía que hacer de cuenta que no sabía nada de esa institución. Como, así también, ahora que soy cura cada movimiento o institución me presenta su grupo como que son los ¡wow!, los grandes evangelizadores, pero la clave es que cada movimiento o institución o cura evangeliza a quien puede y como puede. No todos somos para todos. Cada uno llega a un público.
2) Está con nosotros: Recuerdo una vez hablando con el Padre Horacio Brito (rector de Lourdes y superior de los padres lourdistas) me decía que la congregación estaba dispuesta a desaparecer. Le dije que era la primera vez que escuchaba que una congregación esté dispuesta a desaparecer, ya que todos buscan siempre sobrevivir como sea. Él, sabiamente, me dijo: “lo que pasa es que nuestra misión ya está cumplida, el mensaje de Lourdes ya lo conoce el mundo”. Hay veces que nos cuesta aceptar que todos tenemos un punto a cumplir y, luego de ello, a desaparecer, a hacerse a un lado y dejar que otros sigan… Hoy lo tomo también para mi vida. Cuando empecé la evangelización en la era digital hace 12 años atrás, a través de las redes, especialmente el whatsapp era todo novedoso, pero hoy gracias a Dios hay un montón de gente que evangeliza. Y capaz que ya llega el momento cuando yo tenga que desaparecer para que otros sigan y puedan hacerlo mejor que yo.
3) Córtala: En esta vida todos tenemos que hacer un corte, asumir que no podemos seguir con cosas que nos hacen mal y no nos dejan ser objetivos. Es aprender a cortar con cosas que no nos llevan a nada, es hacer un corte con personas que no nos hacen bien, es cortar con relaciones afectivas que solo afectan a tu psiquis y lastiman tu forma de vida y de vivir. A todos nos cuesta hacer un corte, pero los cortes son necesarios para vivir. Algo bueno está por venir.
No pierdas la cabeza
1) Lo admiraban a Jesús: En esta vida mucha gente te va a admirar a vos y tirar muchas flores. Te van a decir que eres lo más bello, lo más bueno, lo más lindo. Por favor, no te la creas porque eso te va a traer dificultades en algún momento, o puede ser que te las esté trayendo ya. Hay que tener cuidado porque los que te quieren no dimensionan hasta dónde pueden admirarte y hasta dónde pueden envenenarte. No me malinterpretes, pero hasta yo trato de cuidarme, de manera personal, para no creérmela. Mira que la soberbia está ahí, se pega rápido y es muy difícil sacarla. Cuando te alaben, no digas nada, anima, pero no dejes que te tome, sino que, al contrario, hacé las cosas para Dios y no para que te alaben.
2) Recordar: Jesús constantemente recuerda el camino por donde va la cosa. Eso es fundamental para no envenenarte de la vanagloria, recordar por dónde va caminando tu vida, tener bien los pies en la tierra, saber de dónde venís. De esto nunca te apartes. Vos tenés que recordar quién sos y cuáles son tus debilidades, tu historia y tu caminar y cuál es el objetivo de tu vida. Tenés que tener bien los pies en la tierra y recordar de dónde venís para no dejarte llevar por alabanzas que te pueden hacer subir los humos. Y mira… no hay nada más pedante que conversar con una persona creída, que en la conversación siempre te tira su currículum y encima todos los reflectores siempre apuntan a su persona. Por favor cuídate, porque vos también podés caer en ello.
3) Estrategias: Para no caer en ello, cuida la humildad. Trata de pasar desapercibido en cuanto puedas y no cuentes a todo el mundo lo que haces, que ellos lo descubran. Te comparto mi oración que hago diariamente, capaz que te pueda servir:
¡Oh, Jesús! Manso y humilde de corazón, escúchame:
del deseo de ser reconocido, líbrame Señor
del deseo de ser estimado, líbrame Señor
del deseo de ser amado, líbrame Señor
del deseo de ser ensalzado, ….
del deseo de ser alabado, …
del deseo de ser preferido, ….
del deseo de ser consultado, ...
del deseo de ser aprobado, …
del deseo de quedar bien, …
del deseo de recibir honores, …
del temor de ser criticado, …
del temor de ser juzgado, …
del temor de ser atacado, …
del temor de ser humillado, …
del temor de ser despreciado, …
del temor de ser señalado, …
del temor de perder la fama, …
del temor de ser reprendido, …
del temor de ser calumniado, …
del temor de ser olvidado, …
del temor de ser ridiculizado, …
del temor de la injusticia, …
del temor de ser sospechado, …
Jesús, concédeme la gracia de desear:
-que los demás sean más amados que yo,
-que los demás sean más estimados que yo,
-que, en la opinión del mundo, otros sean engrandecidos y yo humillado,
-que los demás sean preferidos y yo abandonado,
-que los demás sean alabados y yo menospreciado,
-que los demás sean elegidos en vez de mí en todo,
-que los demás sean más santos que yo, siendo que yo me santifique debidamente. Algo bueno está por venir.
La vida es un vivir
1) Identidad: El evangelio nos apunta a mirar esa identidad con Jesús, pero también a mirar tu identidad y tener en claro quién sos vos. No es tan solo entender quién es Jesús, sino que ello te lleva también a entender quién sos vos, aquello que claramente decía san Agustín: “Señor que me conozca, Señor que te conozca”.
2) Autenticidad: Es el proceso de ser vos y no lo que los otros quieren que seas. Aprende a no vivir para quedar bien con uno y con otro, porque llegará un momento en que no será sostenible. Busca esa capacidad de aceptarte como sos, sabiendo tus límites y fortaleciendo tus potenciales.
3) Autoestima: Jesús dio la vida por vos, por amor. No tengas miedo de valorarte y hacer valorar tu vida. Vos sos importante. Aprende a vivir sabiendo que de cada día se puede sacar algo valioso. No tengas miedo de buscar la verdad en vos y hacerte valer por lo que sos y no por lo que tenés. Algo bueno está por venir.
Querer ver a Jesús
1) El tetrarca: En él vemos la figura de la persona que todo lo quiere y todo lo busca. No conoce límites, no tiene límites. Es el poder que enceguece, no me refiero solo al dinero, a tener más plata. El poder no es tan solo eso. El poder es buscar información del otro para manipularlo, querer manejar la vida de los demás, es incluso creerte que sos más que el otro. Es la persona que no se pone límites y considera que quien trata de ponerle límites, lo quiere destruir. Todos tenemos un poco de eso, nos gusta sentirnos como el centro del mundo.
2) Lo que dicen: Podría remitir a los cristianos fríos, que solo escuchan de Dios, pero que no se penetran de Él. Que no la encaran a la Biblia, que no la buscan, que ni siquiera se animan a leer un párrafo; que no son capaces de llegar a visitarlo a Jesús en el Santísimo, o participar de una celebración eucarística. No te quedes con el: “me han dicho”.
3) Verlo: Es buscar, conocer más de Dios, meterte en Él. “Chusméalo” a Dios, investígalo, conócelo. Que te entren esas ganas de buscarlo para gozar de alegría y felicidad. Los problemas yo no te los voy a resolver, pero sí te muestro un pequeño caminito. Con Dios se hace todo más fácil. Confía y búscalo. Algo bueno está por venir.
Sanando
1) Convocó: La clave es no aislarse, es hablar lo que te pasa con alguien, dejarte ayudar y por sobre todo asumir que siempre vas a necesitar de alguien en esta vida. No caigas en ese egoísmo que te lleva a creerte que todo lo podés resolver vos. Hay cosas que sí y cosas que no. Te cuento algo que me pasó hace poco. Alguien vino y me dijo: “déjate ayudar,” y me resonó, porque era verdad. Me dí cuenta que todo lo quiero resolver yo y no sé delegar. Jesús no solo delega, sino que también da poder.
2) Envió: Esta es la función de la Iglesia, ser enviados para aliviar y sanar. No para controlar y condenar. Los católicos, y en especial los curas, las monjas, tenemos la fama de ser personas que más que aliviar imponemos, más que consolar culpamos y más que animar condenamos, pero nada más lejos de lo que Jesús nos propone. Somos, vos y yo, personas que tenemos que alentar y animar, consolar y acompañar, aliviar y corregir, para que seamos puentes más que muros en la vida de los demás con Dios.
3) Permanezcan: El permanecer en Dios es estar en oración, buscar ese diálogo fluido con Él y saber que si tu relación con Dios no está, es muy difícil que permanezca todo tu obrar en Dios. Recordá que lo que te permite y motiva cada día a seguir es tu permanencia en Dios y no los resultados desde Dios. Algo bueno está por venir.
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