Características de los sordomudos del siglo XXI
1) Mudo: Es aquella persona que no expresa lo que siente por miedo, pero, además, le cuesta manifestar lo que le pasa, porque se siente de menos, creyendo que nadie la escucharía o entendería. Es esa persona que todo lo trata de resolver con su cabeza, pero no expresa lo que le pasa, todo lo reduce a decir: “no me pasa nada”. Unido a esto, le persigue esa enfermedad de ser “perseguido”, en donde se persigue con sus ideas y sus pensamientos y se siente que está sentado en un banquillo de acusados, a donde todos le señalan con el miedo. La mudez puede unir el enojo y el miedo, cuando una de estas dos cosas está (o ambas están) lo que logra es encapsularte en la vida y mientras pasa el tiempo seguís allí mismo.
2) Sordo: Aquí podemos encontrar dos maneras. Por un lado, esa persona que no escucha porque no le conviene, más bien escucha lo que quiere escuchar. Es un sordo pillo, porque desecha aquello que no le conviene y hasta le encanta victimizarse, manifestando que tienen algo contra él o contra ella. Esta sordera es producida por la soberbia y lleva a que la persona se crea un mundo en donde, de esa persona depende quién entra y quién no, según lo que llegue a escuchar. Pero hay otro tipo de sordera, cuando la persona está herida y golpeada por la vida, y por escuchar tanto y a tantos se encuentra mareada por la vida, hasta le da miedo escuchar, pero así también se cierra a los demás por temor a que lo vuelvan a herir, hace su vida a su parecer, pero no hace su vida desde la soberbia, sino desde las heridas. No quiere que le hagan más daño. Se sintió manoseada o manoseado. En esa búsqueda de silencio y de paz se cierra y vive una sordera, porque sus oídos espirituales están lastimados por tantas cosas duras que le dijeron.
3) Efatá: Significa “ábrete” y refiere a que cuando Jesús toca tu vida, abre tu corazón a lo nuevo que propone el Señor, es que te abras a la vida y puedas vivirla. Que te abras a poder escuchar que la vida es una sola y que estás llamado a vivirla. Que tenés que expresar lo que sentís porque vales muchísimo, porque sos hijo de Dios. Nadie es más ni menos que vos. Tenés que escuchar que Dios todos los días te da una oportunidad para ser feliz y que tenés que estar abierto a lo nuevo. Tenés que hablar y expresar lo que hay en tu vida, porque aquí vos también debes dejar un aporte muy importante. Vamos, que con una persona que habla y escucha a Dios, hasta el cielo no paramos. Algo bueno está por venir.