Visitación
1) Sin demora: El ayudar nunca tiene que generar tiempo y el ayudar no es una pérdida de tiempo. Mientras puedas hacer el bien a alguien, hacelo, porque uno nunca sabe las vueltas de la vida. Nunca olvidaré cuando quedé varado en una zona peligrosa. Había pinchado una rueda y me habían robado la rueda de auxilio. Sentía que todo se me caía y hasta me sentía derrotado. Incluso no tenía dinero, porque era casi fin de mes. No tenía nada. Sin embargo, apareció una señora con su hijo y me ayudaron. Creo que se dieron cuenta de que yo estaba casi destruido o desesperanzado. Pero ni siquiera me cuestionaron o animaron, solo me ayudaron. Hay veces que creemos que ayudar al otro es dar buenos sermones y lo único que capaz que necesita es que estemos. Por tanto no dejes de hacer las cosas por los otros y capaz que es necesario simplemente ayudarlos en silencio, porque las obras y los actos hablan por sí solos.
2) Bendita: Nunca olvides que vos también sos una bendición para el otro y por el otro. Por tanto, aprende a mirar tu vida, que ayudando te ayuda a vos, y sabiéndote que no sos una molestia sino que eres una misma bendición. No dejes de pedir a Dios que te dé paz en tu corazón, para que puedas transmitir paz a los que están a tu alrededor, porque dar paz a alguien, eso mismo ya es una bendición.
3) Alegría: La ayuda simple y sencilla genera vida y alegría, pero, por sobre todo, optimismo, porque el poder dar vida a alguien no pasa por darle algo económico o simplemente material. Dar alegría a la vida de alguien es producto de un servicio desinteresado y, por sobre todo, espiritual. Dar es dar y ayudar es parte de quien se anima a vivir en paz. Algo bueno está por venir.